Un ataque sin precedentes tuvo lugar este miércoles en una fábrica de aeronaves militares propiedad del Estado turco, ubicada a las afueras de Ankara. Este ataque ha sido clasificado por el gobierno como un "atentado terrorista" que ha dejado un saldo trágico de cuatro muertos y 14 heridos.

El ministro del Interior, Ali Yerlikaya, confirmó a través de la red social X que las instalaciones de TUSAŞ, ubicadas en el distrito de Kahramankazan, fueron blanco de este asalto violento. Durante el ataque, se escucharon múltiples explosiones y disparos que causaron pánico entre el personal.

El presidente Recep Tayyip Erdogan informó que dos de los atacantes han sido "neutralizados" y prometió a los ciudadanos que se tomarán las medidas necesarias para asegurar la seguridad en el país.

Mark Rutte, secretario general de la OTAN, expresó su condena a toda forma de terrorismo y mostró su solidaridad con Turquía, destacando la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra estas amenazas.

El ministro de Justicia, Yilmaz Tunc, anunció que la Fiscalía de Ankara ya ha iniciado una investigación para esclarecer las circunstancias de este "traicionero ataque". Mientras tanto, un fuerte despliegue de fuerzas policiales, junto con ambulancias y bomberos, acudieron al lugar de los hechos. Los informes iniciales de la emisora NTV sugieren que los disparos continúan en el interior de la fábrica, lo que ha llevado a algunos trabajadores a buscar refugio en zonas seguras.

Imágenes reveladas por cámaras de seguridad muestran a varios individuos armados, quienes aparentemente llegaron a la fábrica en un taxi. Además de los disparos, se han reportado al menos una explosión significativa en la instalación.

TUSAŞ es responsable del desarrollo y fabricación de algunas de las aeronaves militares más avanzadas de Turquía, incluidos proyectos en curso como el cazabombardero Kaan y el avión de entrenamiento Hürjet.

En un contexto de creciente violencia, el presidente del Consejo Supremo de Radio y Televisión de Turquía ha advertido a los medios de comunicación que deben limitarse a informar solo sobre hechos oficiales, bajo la amenaza de sanciones a los editores que no sigan esta directriz. Este atentado no solo ha puesto de relieve la inestabilidad en la región, sino que también plantea importantes interrogantes sobre la seguridad nacional en un país que ha enfrentado diversas amenazas terroristas en las últimas décadas.