Un regreso triunfal al Teatro Real

Asmik Grigorian, la soprano lituana que ha conquistado los grandes escenarios del mundo, se prepara para su esperada vuelta al Teatro Real el 19 de septiembre, donde interpretará el emblemático papel de Desdémona en 'Otello'. La artista de 44 años reinterpreta a esta figura, desafiando la imagen tradicional de la inocente víctima y mostrando a una mujer fuerte y decidida que busca su propia salvación en medio del sufrimiento.

Redefiniendo a Desdémona

En sus propias palabras, Grigorian sostiene que: “Desdémona no es solo una mártir frágil; es una joven que enfrenta la muerte con valentía y amor”. Esta visión fresca del personaje no solo busca humanizarlo, sino también destacar la complejidad del amor y la violencia de género, un tema que persiste en nuestros días.

Más que solo un papel

Pero la soprano no se limita a cuestionar su personaje. También opina sobre las políticas de casting en el teatro, especialmente en torno a la controversia racial de Otello, afirmando que “la esencia del personaje va más allá de su color de piel”.

Una vida dedicada a la música

Nacida en una familia de músicos, Grigorian se presentó al mundo de la ópera casi sin darse cuenta, influenciada por sus padres. Su poderosa voz y emotividad la han llevado a ser aclamada en distintos teatros, desde la Staatsoper de Viena hasta el Festival de Salzburgo.

Conexión emocional en cada interpretación

“No puedo evitar sentir cada palabra como si me sucediera a mí misma”, confiesa la soprano. Su habilidad para conectar emocionalmente con sus personajes la convierte en una de las intérpretes más prometedoras de su generación.

Un nuevo enfoque en la preparación vocal

Sorprendentemente, Grigorian revela su método poco convencional de calentar la voz. Antes de sus ensayos, se siente inspirada al escuchar a artistas como Lady Gaga. “La música de Gaga me permite trabajar en la expresividad vocal de una manera diferente”, comenta, mientras se ríe de su elección inesperada.

Un recital para recordar

El 30 de septiembre, también en el Teatro Real, ofrecerá un recital junto al pianista Lukas Geniuñas, interpretando obras de Tchaikovsky y Rachmaninoff. La soprano se muestra emocionada pero clara: “No quiero que mi elección musical sea malinterpretada; mi mensaje es de paz y unión, no de división”.

Una soprano con mensaje

Con un fuerte compromiso en contra de la guerra y la violencia, Grigorian utiliza su arte para abogar por un mundo mejor. No solo es una voz del pasado, sino también un faro de esperanza en un futuro donde la música une en lugar de separar.