El convento de Santo Espíritu de Montel, ubicado en Gilet (Valencia), ha sido escenario este sábado 9 de noviembre de un trágico ataque que ha resultado en la muerte de un hermano y heridas graves a siete clérigos de su congregación. Según informaron fuentes de la Guardia Civil, el agresor, cuyo paradero aún es desconocido, irrumpió en el convento en las primeras horas de la mañana.

"Estamos profundamente sorprendidos y dolidos por la noticia de que una persona perturbada ha entrado en el convento y ha atacado a nuestros hermanos", declaró el Ministro Provincial en un comunicado oficial. El atacante saltó la valla y comenzó a agredir a aquellos que se encontraban en sus habitaciones con la aparente intención de matar.

El Centro de Información y Coordinación de Urgencias recibió el aviso a las 10 horas de la mañana, donde un hombre de 76 años sufrió un traumatismo craneoencefálico y fue atendido por equipos de emergencia. Lamentablemente, fue trasladado al Hospital Clínico, donde se confirmó su fallecimiento, según el Arzobispado.

Los otros siete religiosos, con edades que oscilan entre los 57 y los 95 años, sufrieron múltiples heridas y tres de ellos se encuentran hospitalizados en este momento. Curiosamente, otros dos miembros del convento resultaron ilesos; uno estaba trabajando en la huerta y el otro oficiando misa en la capellanías.

La comunidad religiosa condenó de manera unánime este acto de violencia y extendió su apoyo a los hermanos afectados, mencionando que "las lesiones en el cuerpo y el dolor en el alma por estos acontecimientos dejarán una huella profunda en todos".

Además, la institución hizo un llamado a la paz y la reflexión, instando a la necesidad de estar más atentos para evitar la entrada de personas que puedan causar daño en el futuro. "Pedimos igualmente por el agresor, esperando que un día logre comprender la magnitud de su acto y rectificar su comportamiento, tan alejado de la dignidad humana" concluye el comunicado.

Este trágico suceso ha suscitado un gran revuelo en la comunidad local, donde muchos se preguntan cómo es posible que un ataque de tal magnitud haya ocurrido en un lugar que representa la paz y la espiritualidad. Las autoridades intensifican la búsqueda del atacante, y se espera que se realicen vigilancias más estrictas en los lugares de culto para garantizar la seguridad de todos. La comunidad pide justicia y reflexión sobre la violencia que se está apoderando de nuestras calles.