Tecnología

¡Apple enfrenta una tormenta perfecta por los aranceles de Trump! Un iPhone podría costar hasta 2.300 euros

2025-04-07

Autor: Laura

Las cifras dejan sin aliento: ¡aranceles de hasta el 46% para productos de Vietnam, un 26% para India y un 34% para China! Estos países son piezas clave en la cadena de suministro de la electrónica de consumo a nivel mundial, que abarca desde smartphones hasta dispositivos portátiles. Con el regreso de Donald Trump a la política estadounidense y su anuncio de nuevas políticas comerciales agresivas, el sector tecnológico se enfrenta a un panorama aterrador que podría incrementar drásticamente los costos de producción y los precios finales.

La guerra arancelaria 2.0

No es la primera vez que el sector siente el peso del proteccionismo de Trump. En 2018, se implementaron aranceles severos sobre productos chinos, afectando gravemente a empresas como Apple, Dell y Microsoft, que intentaron trasladar su producción a países amigos como India y Vietnam. Sin embargo, los nuevos aranceles están apuntando a estas alternativas, y Trump lo justifica como una respuesta a la manipulación de divisas por parte de estos países. Aunque el objetivo del plan es reequilibrar el comercio mundial, podría resultar en un efecto dominó de incrementos de precios en toda la industria de consumo electrónico.

¿Qué esperar de los precios?

Los analistas de Morgan Stanley estiman que los nuevos aranceles podrían costarle a Apple más de 8.500 millones de dólares en un año, lo que representa una caída del 7% en sus beneficios. Esto podría traducirse en precios notablemente más altos para sus productos. Por ejemplo, un portátil que hoy cuesta 1.000 euros podría llegar a costar 1.150 euros, y un iPhone de 1.200 euros podría superar los 1.400 euros. Todo tipo de dispositivos electrónicos podría ver incrementados sus precios entre un 10% y un 20%. Aunque algunas empresas podrían tratar de absorber parte de los costos, la presión sobre sus márgenes obligará a que el consumidor final asuma gran parte de la carga.

El caso de Apple

Apple es la compañía más vulnerable ante este nuevo escenario. Actualmente, el 90% de los iPhones son ensamblados en China, lo que la deja expuesta ante cualquier cambio en las políticas arancelarias. Si bien Apple había comenzado a diversificar su producción, nuevamente se encuentra en un callejón sin salida. Con aranceles del 26% en India y del 46% en Vietnam, la empresa se enfrenta no solo a mayores costos de producción, sino también a la posibilidad de que sus ventas caigan en mercados emergentes donde aún busca expandir su presencia. En India, Apple tenía previsto que la producción del iPhone alcanzara un 25% del total en 2026, un objetivo que ahora se ve comprometido.

Más allá de la producción

Los aranceles también afectan a otros titanes de la tecnología como Google, Microsoft y Lenovo, que se ven obligados a elegir entre absorber pérdidas o trasladar los costos a los consumidores. Incluso Nintendo se ha visto obligada a posponer la apertura de reservas para su nueva consola debido a la confusión generada por los nuevos aranceles.

El impacto en la inteligencia artificial

Los efectos de estos aranceles también podrían repercutir en el avance de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial. Las empresas que desarrollan modelos de IA dependen de una infraestructura masiva que se encuentra en su mayoría en Asia, y el aumento de costos en componentes podría ralentizar el desarrollo en este ámbito crítico.

¿Qué puede hacer Europa?

La Unión Europea se prepara para responder y está consciente de que el efecto dominó de estos aranceles puede extenderse rápidamente, afectando no solo a los consumidores en Estados Unidos, sino también a los mercados europeos. A medida que el panorama se vuelve más incierto, las empresas se enfrentan a una decisión crítica: absorber costos o arriesgar ventas.

La narrativa se complica a medida que las grandes tecnológicas estadounidenses, como Microsoft y Amazon, continúan invirtiendo miles de millones en tecnología, mientras que la presión sobre los costos se intensifica. ¿Estamos ante el principio de una batalla comercial que cambiará la industria tecnológica para siempre?