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Antonio Muñoz: «Con tantas procesiones, ¿podríamos estar devaluando la Semana Santa de Sevilla?»

2024-10-03

Antonio Muñoz, actual portavoz del PSOE en Sevilla, ha hecho recientemente unas declaraciones sorprendentes que han prendido la polémica en la ciudad. En una comparecencia ante los medios, donde presentó su alternativa al proyecto de ordenanzas fiscales para 2025, no dudó en abordar un tema espinoso: la cantidad de procesiones que se celebran cada fin de semana en la capital andaluza.

Muñoz expresó su preocupación al afirmar que «Sevilla es como es», pero también planteó que «quizás estamos devaluando la Semana Santa» con el número actual de eventos. Estas palabras han generado un intenso debate entre los sevillanos, ya que la Semana Santa es una de las tradiciones más emblemáticas y queridas en la ciudad, atrae a miles de turistas cada año y es parte fundamental de la identidad cultural sevillana.

Aunque se mostró crítico, el líder socialista aclaró que cualquier modificación en la cantidad de procesiones debe ser decidida por las hermandades y el Arzobispado, quienes, a su juicio, son los que deben analizar la situación y tomar las medidas pertinentes.

En este contexto, Muñoz también lanzó dardos al actual alcalde, José Luis Sanz, a quien calificó de «ineficaz» en la gestión y coordinación de la Policía Local y del Cecop para manejar estos eventos. Sostuvo que «los servicios públicos requieren organizarse de otra manera», aunque no detalló cuál sería la propuesta de su partido para afrontar la situación actual.

Esta discusión llega en un momento en que la ciudad está experimentando un aumento en el número de procesiones, lo que plantea interrogantes sobre la logística y los recursos necesarios para garantizar la seguridad y el orden público. Mientras muchos defienden la pluralidad de desfiles, otros advierten que el exceso podría restar valor a la experiencia única de la Semana Santa.

La Semana Santa de Sevilla no es solo un evento religioso; es una manifestación cultural que implica a cientos de miles de personas en la ciudad, desde los hermanos que participan en las cofradías hasta los visitantes que acuden en búsqueda de una experiencia auténtica. La pregunta ahora es: ¿estamos en un punto de inflexión que podría cambiar la forma en que celebramos esta tradición milenaria?