Ana Peleteiro ha atravesado un año lleno de desafíos en un momento clave: los Juegos Olímpicos de París. A pesar de lograr un impresionante regreso al ganar y establecer una marca olímpica en el Mundial de Atletismo Indoor en Glasgow, la atleta gallega terminó en una desalentadora sexta posición en la prueba de triple salto. Esta situación se complicó aún más con la ruptura de su relación profesional con el entrenador Iván Pedroso.

Estas revelaciones y varias anécdotas personales fueron el foco del estreno de la tercera temporada del podcast "A solas con...", presentado por Vicky Martín Berrocal. La familia y su vida personal fueron temas centrales de la conversación, incluyendo el reciente cambio de entrenador. Ahora, su esposo, el atleta francés Benjamin Compaoré, ha asumido la responsabilidad de planificar sus entrenamientos, aportando un nuevo enfoque a su preparación.

Ana expresó su deseo de comunicar este cambio con cariño, evitando malentendidos. "Quise dar la noticia de esta manera porque a veces me he explicado mal y eso me ha causado problemas. No quería transmitir algo que no era cierto: no se trató de una separación de mi entrenador, Iván siempre será mi entrenador. Esta decisión fue puramente mía; a veces en la vida tienes que elegir", detalló. La atleta considera este cambio como "la decisión más importante de mi vida".

Sin embargo, el momento más conmovedor de la conversación llegó al tocar su infancia. Ana compartió que sus padres esperaron cuatro años para adoptarla, y durante ese tiempo, la atleta ha mantenido un profundo agradecimiento hacia su madre biológica, quien la abandonó al nacer. "Imagínate dar a luz y tener que darla. Solo de pensarlo, me dan ganas de llorar", confesó con emoción, reflexionando sobre su pasado.

Peleteiro ha vivido siempre con la certeza de su adopción, algo que sus padres manejaron con total naturalidad. Recordó un momento significativo de 2016 cuando le dijo a su madre adoptiva que su madre biológica había fallecido. La respuesta de su madre fue clara: "¿Qué dices, Ana?". Fue su madre adoptiva quien le explicó que fue su madre biológica quien la abandonó.

Ana concluyó su reflexión expresando su gratitud: "Yo prefiero quedarme así. He recibido un amor tan bonito y tan puro de parte de mi familia... No le guardo rencor a mi madre biológica. Me ha hecho el mejor regalo de mi vida, que son mis padres". Esta narrativa emocional no solo destaca el viaje personal de Ana, sino también la complejidad de las relaciones familiares y la importancia del amor y la comprensión en la vida de cada uno. ¡No te pierdas la próxima entrega donde Ana revelará más secretos de su vida y su carrera!