¿Estás lista para descubrir cómo alcanzar la felicidad plena? Ana Ibáñez, investigadora en neurociencia, entrenadora de cerebros y autora de 'Sorprende a tu mente', ofrece respuestas a preguntas profundas sobre el bienestar mental. La neurociencia nos revela que el cerebro, al igual que cualquier parte del cuerpo, puede ser entrenado y estimulado para convertirse en un órgano de alto rendimiento, facilitando nuestra vida diaria.

Es fácil caer en la trampa del estrés y las preocupaciones, llegando a creer que la felicidad es un lujo inalcanzable. Pero, la buena noticia es que es posible entrenar a nuestro cerebro para que busque la felicidad. Según Ibáñez, "el cerebro humano está diseñado para ser feliz, pero su enfoque natural es la supervivencia". Para que nuestro cerebro busque la felicidad, es esencial que primero se sienta en calma y seguro.

Conocernos a nosotros mismos y practicar técnicas que fomenten ese estado de tranquilidad son fundamentales. Ana resalta que muchas mujeres sufren problemas de sueño por cargar con demasiadas responsabilidades, lo que afecta directamente a su bienestar. "No es normal levantarse cansada. Entrenar el cerebro ayuda a liberar esa tensión y a organizar nuestras vidas de mejor forma", explica.

Una estrategia clave que propone es concedernos "momentos de placeres culpables". Estas actividades, que pueden ser tan simples como ver nuestro programa favorito, disfrutar de una copa de vino o leer en el sofá, son vitales para nuestro equilibrio emocional. Ana asegura que "no solo son necesarios, sino que mejoran el funcionamiento de nuestro cerebro".

El modo en que hablamos de nosotros mismos también influye en nuestro bienestar. La autocompasión y el lenguaje positivo son esenciales para nuestro estado emocional. La curiosidad es otro pilar en este proceso; según Ana, "la curiosidad nos permite explorar nuestras emociones y aprender de ellas, facilitando un estado de felicidad".

A pesar de las adversidades, como conflictos laborales o personales, se puede encontrar la felicidad. Comprender que incluso en momentos difíciles, como el duelo, el bienestar es posible es crucial. Ana concluye que reconocer que el duelo es solo una etapa y permitirnos sentir todos los matices emocionales es clave para nuestro bienestar: "Tener altos y bajos es muy positivo". Con estas herramientas, el camino hacia una vida más plena y feliz está al alcance de todos.