La renombrada poeta Ana Blandiana, cuyo nombre de nacimiento es Otilia Valeria Coman, ha hecho historia al convertirse en la primera persona rumana en recibir el prestigioso premio Princesa de Asturias. En su emotivo discurso en el Teatro Campoamor de Oviedo, Blandiana destacó el poder transformador de la poesía, describiéndola como un medio capaz de "construir otra realidad en la que podemos salvarnos".

Blandiana, quien ha sobrevivido a un exilio interior y es hija de un "enemigo del pueblo", compartió su rica conexión con su herencia. Su seudónimo rinde homenaje a su aldea natal, y recordó la advertencia de Platón sobre el destino de los poetas en tiempos difíciles, señalando que la concesión de laureles a estos artistas a menudo presagia su destierro.

En su discurso, también reflexionó sobre Rumanía, visualizando el país como "Dacia Felix", un lugar descrito en los relatos de hadas rumanos como un territorio en medio de imperios enemigos. Este contexto histórico ofrece una perspectiva única sobre la identidad rumana, representando un país latino enclavado en la costa del Mar Negro, pero a la vez "exiliado en el otro extremo del continente".

A lo largo de su carrera, Blandiana ha escrito sobre la memoria, la resistencia y los valores de su nación, utilizando la poesía como un faro en tiempos de incertidumbre. Su reconocimiento en los Premios Princesa de Asturias no solo resalta su contribución literaria, sino también el valor de la poesía como forma de resistencia en momentos oscuros.