Ciencia

Alicia González, psicóloga: "¿Hasta cuándo viviremos la vida que otros quieren para nosotros?"

2025-09-04

Autor: Carmen

La presión social: un peso en nuestra salud mental

Todos enfrentamos, en algún grado, la presión social. Esperanzas y exigencias procedentes de la familia, parejas, amigos, profesores e incluso extraños pueden pesar sobre nosotros. Estos estándares, además de la influencia de referentes populares con los que crecimos, a menudo nos empujan a moldear nuestras vidas de acuerdo con lo que los demás esperan.

El impacto de vivir para otros

Este estrés de cumplir con lo que la sociedad considera aceptable puede afectar drásticamente nuestra salud mental. Muchas personas sacrifican su auténtico estilo de vida por complacer a otros, cargando con un peso emocional muy grande.

Reflexiones de Alicia González

En un reciente video en sus redes sociales, la psicóloga Alicia González aborda esta problemática. En él, resalta que muchas personas no son coherentes con sus sentimientos y se encuentran en ambientes que, aunque pueden ofrecer una paz temporal, generan desasosiego a largo plazo.

La importancia de priorizar nuestro bienestar

González nos invita a reflexionar: "Cuando sientes que debes abandonar un lugar, pero lo evitas por miedo al sufrimiento que ya estás padeciendo, es momento de tomar acción". A pesar de que cambiar puede ser difícil, es fundamental que prioricemos nuestro bienestar individual.

La culpa de poner límites

Muchos enfrentamos la culpa de establecer límites y poner nuestras necesidades primero. Alicia plantea una pregunta crucial: "¿Hasta cuándo viviré según lo que piensan los demás y no según lo que realmente quiero y necesito?".

Respuestas y apoyo en las redes

Los seguidores de González reaccionan ante sus palabras. Una seguidora comenta: "La culpa de poner límites es un problemón, algún día lo lograré". La psicóloga concluye enfatizando que quienes realmente nos quieren desean vernos felices, y estarán contentos con nuestras decisiones que priorizan nuestro bienestar. En cambio, aquellos que se sientan incómodos con nuestras elecciones son frecuentemente quienes nos querían en un lugar donde no estábamos bien.