Con la llegada del invierno, la Consejería de Salud ha dado un paso vital en la protección de nuestros mayores en residencias. Se han implementado nuevos protocolos de prevención para disminuir los riesgos de infecciones respiratorias agudas (IRAs) en la población vulnerable. La actualización de la Guía de Prevención y Control de Brotes de Infecciones Respiratorias Agudas no solo busca una vigilancia más estricta de brotes peligrosos, sino que establece un camino claro para actuar frente a la inminente amenaza de virus como la gripe, el COVID-19 y el virus respiratorio sincitial (VRS).

Según ha advertido el servicio de Epidemiología, los brotes por IRAs son un serio problema de salud pública, exacerbado por la fragilidad de los residentes, así como por las condiciones del entorno, como el uso de áreas comunes y la calidad del aire. El reconocimiento de esta situación es crucial, ya que este invierno, las residencias cuentan con 84 centros de mayores y 40 de discapacidad en la Región de Murcia, cada uno con su propio riesgo ante la proliferación de estos virus.

La nueva guía enfatiza la importancia de incrementar las tasas de vacunación tanto en residentes como en profesionales de la salud, lo que hace que las campañas de vacunación de gripe y COVID-19 comiencen a ser prioritaria en este contexto. Además, se subrayan prácticas esenciales como la higiene de manos correcta y la utilización de Equipos de Protección Individual (EPI), incluidos guantes y mascarillas, especialmente cuando se atiende a residentes con síntomas.

Una de las grandes enseñanzas de la pandemia fue la ineficacia del aislamiento estricto de los mayores, un protocolo que resultó muy criticado. Por ello, la nueva guía sugiere evitar el aislamiento total de personas sintomáticas, aunque sí se recomienda restringir el acceso a espacios comunes cerrados mientras persistan los síntomas.

El director general de Salud Pública, José Jesús Guillén, resalta que esta nueva guía es el resultado de una colaboración eficaz entre diversas autoridades sanitarias, lo que sin duda mejora la preparación ante enfermedad respiratorias que pueden tener consecuencias severas en los ancianos. De hecho, el sistema de vigilancia implementado permitirá detectar de manera temprana casos de gripe y COVID-19.

Sin embargo, la temporada 2023-2024 no ha comenzado sin sus desafíos. Recientemente se han reportado 1,325 casos de virus respiratorios en residencias, con una abrumadora mayoría atribuida a SARS-CoV-2. Esta cifra ha generado alarma y pone en evidencia la urgencia de la situación.

Los expertos, como el Dr. Abel Novoa, han manifestado que la guía es demasiado general y carece de acciones concretas para prevenir que los residentes sean trasladados a hospitales en busca de atención para infecciones respiratorias, lo que los expone a más virus. Esta crítica resalta la falta de conexiones eficientes entre los centros residenciales y el sistema de salud, algo que necesita ser abordado de inmediato.

Además, el Dr. Novoa enfatiza la importancia de la ventilación adecuada en las instalaciones, insistiendo en que este aspecto vital se ha pasado por alto en las nuevas normativas. La ventilación no solo es esencial para la prevención de infecciones, sino que también es un requerimiento básico para el bienestar de los residentes.

Además, se ha propuesto la incorporación de enfermeras de enlace, para garantizar que la comunicación y atención entre los centros residenciales y los hospitales sea fluida. No obstante, este recurso valioso ha sido amenazado por la reducción de personal en 2024.

La realidad en las residencias es crítica, con un porcentaje alarmante de residentes que presentan dependencia total y problemas de salud severos. Es imperativo que se implementen medidas que vayan más allá de una simple guía y que verdaderamente protejan a nuestros mayores de la crisis que se avecina.

Así que, ¡mantén tus ojos abiertos! Mientras se implementan estos cambios, la salud de nuestros ancianos está en juego y todos debemos ser parte de la solución.