Salud

¡Alerta Roja! La Contaminación y el Calor: Causantes Ocultos de Ictus

2024-09-19

| 3 min lectura La contaminación del aire, derivada de emisiones de vehículos, industrias y incluso del desgaste de frenos y neumáticos, está cobrando vidas y enfermando a millones de personas. Un reciente estudio revelador publicado en The Lancet Neurology ha demostrado que el impacto de la contaminación en los accidentes cerebrovasculares (ictus) es alarmantemente comparable al del tabaco. Y aunque hemos logrado ciertos avances desde 1990, la situación sigue siendo crítica.

Impacto Agravante

En 2021, se registraron casi 12 millones de casos de ictus a nivel global, de los cuales el 16,6% fueron atribuibles a las partículas contaminantes (PM) del aire. Esta problemática se agrava cuando se combina con el efecto del aumento de las temperaturas. La contaminación del aire es la segunda principal causa de ictus, solo detrás de la hipertensión, que sigue siendo el principal factor de riesgo.

Novedades Alarmantes

Por primera vez, se ha establecido que un alarmante 14,2% de un tipo específico de ictus hemorrágico fatal se debe a la contaminación. Esta cifra es comparable a la atribuible al tabaco, que se sitúa en un 14,5%. En este cóctel dañino, el impacto del calor no debe subestimarse: desde 1990, la contribución de las altas temperaturas a los accidentes cerebrovasculares ha aumentado un 72%, una tendencia que, según los expertos liderados por Valery Feigin de la Universidad Tecnológica de Auckland, podría incrementarse en los próximos años.

Preocupaciones Globales

La carga global de los ictus ha aumentado en los últimos 30 años. El neurólogo Andrés García Pastor, del Hospital Universitario Gregorio Marañón en Madrid, apunta a varios factores que contribuyen a esta situación: el crecimiento y envejecimiento de la población, especialmente en países ricos, y la implementación de estrategias de prevención inadecuadas frente a la contaminación y otros factores de riesgo.

Prevención a Nivel Individual y Colectivo

Aunque existen hábitos individuales que pueden ayudar a prevenir ictus, como evitar bebidas azucaradas, incrementar la actividad física y seguir una dieta saludable, es crucial que existan políticas globales efectivas para combatir la contaminación y el cambio climático. Prácticamente el 90% de los ictus son prevenibles, pero no todos tienen la capacidad de evitar su exposición a la contaminación. La población más vulnerable se encuentra en regiones empobrecidas, donde el riesgo de ictus se ve intensificado.

Un Llamado a la Acción

Los datos son desalentadores: las personas de hasta 70 años y aquellas que viven en países de bajos ingresos están expuestas a un riesgo significativamente mayor. La pobreza está directamente relacionada con un mayor número de ictus y niveles de contaminación. Los autores del estudio subrayan la necesidad urgente de implementar medidas efectivas y accesibles a nivel mundial para mejorar la vigilancia, prevención, atención rápida y rehabilitación, con el objetivo de reducir la carga de los accidentes cerebrovasculares. ¡Es hora de actuar antes de que sea demasiado tarde!