El expresidente boliviano Evo Morales ha revelado un escalofriante intento de asesinato que sufrió este domingo, cuando su vehículo fue atacado a balazos por un grupo de encapuchados. Este ataque ocurrió en el centro del país, mientras Morales se dirigía de Villa Tunari a Lauca Ñ, donde planeaba participar en un programa. El vehículo recibió 14 disparos, y algunos de estos impactaron en el parabrisas, poniendo en riesgo la vida del exmandatario.

Durante el ataque, Morales observó cómo dos vehículos, presumiblemente marca Toyota Tundra, lo rodearon mientras cuatro hombres encapuchados bajaban de ellos armados y comenzaron a disparar. En un video divulgado posteriormente, se le ve a Morales, visiblemente agitado y hablando por teléfono, advirtiendo sobre la persecución que estaban sufriendo. La comunicación se cortó abruptamente, aumentando la tensión alrededor del incidente.

Como resultado del ataque, uno de sus conductores sufrió heridas en la cabeza y el brazo. Aunque el exmandatario afirmó que "finalmente salvamos la vida", no ofreció más detalles sobre el estado del chofer. Además, Morales no ha dudado en apuntar al actual presidente, Luis Arce, quien alguna vez fue su ministro de Economía, acusándolo de ser el autor intelectual de este intento de asesinato. "Lucho se volvió loco", afirmó Morales, sugiriendo que hay un complot en su contra por parte del gobierno actual.

Acusaciones contra el Gobierno de Luis Arce

En una emotiva conferencia de prensa realizada en su bastión político y sindical en el Trópico de Cochabamba, Morales denunció que el Gobierno de Arce tiene la intención de "eliminarlo" a través de ataques armados. Mencionó que Arce ha realizado cambios en el alto mando militar con el objetivo de facilitar su desaparición. Morales insistió en contactos previos donde Arce supuestamente manifestó: "Solamente eliminando a Evo Morales podremos eliminar al MAS".

Investigaciones en curso

Desde el Gobierno, el viceministro de Seguridad Ciudadana, Roberto Ríos, anunció que se llevarán a cabo investigaciones pertinentes pero no descartó la hipótesis de un autoatentado. "La población tiene un criterio formado sobre esta posibilidad", enfatizó Ríos, dejando entrever la incredulidad que envuelve este caso. También aclaró que no existe una orden de detención contra Morales por alegaciones de abusos sexuales en su período como presidente.

A pesar de las tensiones, Ríos negó que el Gobierno planifique declarar un estado de sitio, mientras que las calles siguen siendo objeto de bloqueos por parte de seguidores de Morales del MAS, afectando diversas operaciones en Cochabamba.

Polarización y reacciones

El exministro de la Presidencia durante el gobierno de Morales, Juan Ramón Quintana, hizo un llamado a los movimientos sociales para proteger a Morales, argumentando que "Bolivia ya no es segura para él", sugiriendo que la mejor opción sería sacarlo del país.

Por su parte, la oposición conservadora urge al Gobierno a evitar que Morales abandone el país, dado que enfrenta serias acusaciones de delitos graves, incluyendo violación a menores. El diputado Walthy Éguëz reclamó que si el Gobierno no actúa, podría verse como cómplice del exmandatario.

Desde el MAS pro Arce, se han emitido declaraciones que cuestionan la veracidad de los hechos, tildando el incidente como un "autoatentado mal planificado" para buscar victimización por parte de Morales. Estos hechos han intensificado la polarización política en Bolivia, creando un ambiente de incertidumbre y temor entre sus ciudadanos.

En síntesis, el intento de asesinato contra Evo Morales no solo ha puesto en riesgo su vida, sino que ha encendido nuevamente el debate sobre la seguridad y la estabilidad política en Bolivia. Mientras el país observa con atención, las fuerzas políticas se preparan para las posibles repercusiones que puedan surgir a raíz de este violento episodio.