Ciencia

¡Alerta lunar! La NASA advierte sobre el impacto humano en la Luna

2024-12-23

Autor: Laura

A finales de esta década, la misión Artemis de la NASA llevará nuevamente a humanos a la Luna, marcando el comienzo de una nueva era en la exploración espacial. Este ambicioso programa no solo busca avanzar en la investigación científica, sino también establecer la primera base permanente en nuestro satélite. Sin embargo, un reciente estudio ha revelado los efectos adversos que podrían resultar de estas actividades, incluyendo la creación de atmósferas temporales que alterarían el frágil equilibrio lunar.

La NASA, en colaboración con empresas privadas como SpaceX, ha esbozado un plan que incorpora tecnologías de punta para explorar y habitar la Luna de forma sostenible. No obstante, expertos advierten que las actividades humanas, como el aterrizaje de naves, la minería y la construcción, podrían desencadenar importantes cambios en la delgada exosfera lunar, poniendo en riesgo tanto el ecosistema natural como las metas científicas del programa.

La superficie lunar está cubierta por una capa de polvo fino conocida como regolito, resultado de impactos de meteoritos a lo largo de miles de millones de años. Aunque este material es inerte en su estado natural, las actividades recientes pueden levantar grandes volúmenes de regulito, resultando en nubes de polvo que podrían permanecer en suspensión en la atmósfera lunar.

Un estudio dirigido por Rosemary Killen, un renombrado científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, ha señalado que los aterrizajes de naves como el Starship de SpaceX podrían multiplicar por 100,000 la densidad de partículas en la exosfera lunar. Estas partículas pueden formar columnas de polvo que se extenderían hasta 80 kilómetros en altura antes de dispersarse, creando atmósferas temporales que afectarían el entorno lunar.

Un riesgo grave para la salud de los astronautas es la inhalación de polvo lunar, que es extremadamente fino y eléctricamente cargado, convirtiéndolo en un material tóxico. Killen explica que “el riesgo es comparable al que enfrentaron los mineros que desarrollaron la enfermedad del pulmón negro”, enfatizando las implicaciones para la salud respiratoria de los astronautas.

Además, la acumulación de regolito en suspensión podría obstaculizar el desempeño de las operaciones en la Luna. Desde el bloqueo de sistemas de ventilación hasta el daño en los trajes espaciales, los efectos del polvo presentan desafíos técnicos y logísticos que podrían comprometer la seguridad de las misiones.

Las atmósferas temporales generadas por actividades humanas también podrían interferir en la recolección de datos científicos. Las regiones permanentemente sombreadas de la Luna, como los cráteres en los polos, albergan hielo que podría ofrecer información valiosa sobre la historia del agua en el sistema solar. Sin embargo, la introducción de vapor de agua y otras sustancias químicas a través de las naves y los astronautas podría contaminar estas muestras, poniendo en riesgo el valor científico de las mismas.

El éxito de la misión Artemis no solo representa un avance monumental para la humanidad, sino que también trae consigo una gran responsabilidad. La comunidad científica y espacial debe estar alerta y estudiar cuidadosamente el impacto de nuestras acciones, para proteger el entorno lunar y garantizar que las futuras exploraciones no solo sean sostenibles, sino que también sean respetuosas con este vecino cósmico.