En un reciente informe de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias, se ha advertido sobre los riesgos potenciales de infecciones tras desastres naturales como la DANA (Depresiones Aisladas en Niveles Altos). Estos eventos, combinados con el desplazamiento masivo de personas, crean un caldo de cultivo para la propagación de enfermedades infecciosas, debido a la reducción de los niveles de higiene y saneamiento, así como el hacinamiento en los refugios temporales.

Fases críticas tras un desastre

Los desastres naturales afectan la salud pública a través de tres fases principales:

1. **Fase de Impacto** (0-4 días): Se realizan rescates y se ofrece tratamiento inmediato a los heridos.

2. **Fase Posterior al Impacto** (4 días a 4 semanas): Surgen las primeras oleadas de enfermedades infecciosas, muchas veces por agua, alimentos o aire contaminados.

3. **Fase de Recuperación** (más de 4 semanas): Aquí es donde se evidencian los síntomas de infecciones latentes o de larga incubación, así como la aparición de epidemias de enfermedades ya endémicas en la región.

Riesgos de Infecciones en Contextos de Emergencia

**Enfermedades diarreicas:** Son las más comunes tras un desastre, frecuentemente relacionadas con la contaminación del agua. La falta de higiene y saneamiento adecuado puede desencadenar brotes significativos entre las víctimas.

**Leptospirosis:** Se ha convertido en una preocupación en áreas como Valencia, especialmente después de riadas. Las lluvias crean un ambiente propicio para la reproducción de roedores, que son portadores de esta bacteria. Los síntomas pueden variar desde fiebre y dolor de cabeza hasta complicaciones más graves, pero un tratamiento antibiótico adecuado suele ser efectivo.

**Tétano:** Representa otro peligro en personas con heridas expuestas, especialmente entre aquellos que no están vacunados. Esto se agrava en situaciones de lesiones por desastres naturales.

Estrategias de Prevención y Control

Es fundamental una respuesta rápida de los equipos de salud pública, que debe incluir:

- **Evaluación del Riesgo:** Desde el inicio del desastre, para identificar necesidades de salud y prevenir brotes.

- **Planificación del Espacio:** Asegurar refugios y servicios básicos, como letrinas y suministro adecuado de agua. Por ejemplo, debe haber 3,5 m² de espacio por persona en refugios y las letrinas deben estar a una distancia segura.

- **Higiene y Alimentación:** Proveer agua limpia, jabón y alimentos adecuadamente cocidos es esencial. Se recomienda un mínimo de 250 g de jabón por persona al mes y 20 litros de agua por persona al día.

Conceptos Clave

Es vital que la comunidad y los responsables de políticas entiendan que los desastres naturales no propagan enfermedades infecciosas por sí mismos. La mortalidad tras un desastre se relaciona más a menudo con la exacerbación de riesgos previos, más que con las enfermedades infecciosas directamente. Por ello, la implementación de medidas de control eficaces debe ser una prioridad, especialmente en las comunidades afectadas.

**Conclusión:** La DANA y otros desastres naturales traen consigo serios desafíos para la salud pública. Mediante una coordinación efectiva y la conciencia sobre el riesgo de infecciones, se pueden mitigar las consecuencias sobre la salud de los afectados. Mantente informando y preparado, ¡tu salud depende de ello!