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¡Alerta en España! La misteriosa enfermedad ‘nube de humo’ pone en jaque la salud de muchos

2024-12-24

Autor: Francisco

La enfermedad Moyamoya

La enfermedad conocida como ‘Moyamoya’, cuyo nombre en japonés significa ‘nube de humo’, es un trastorno cerebrovascular raro y crónico que ha comenzado a generar preocupación en España. Esta condición se caracteriza por el estrechamiento progresivo de las arterias que suministran sangre al cerebro, lo que puede llevar a graves consecuencias, incluidos accidentes cerebrovasculares, tanto isquémicos como hemorrágicos. Lo más inquietante es que, aunque suele afectar a personas jóvenes, su prevalencia es notablemente mayor en Asia, donde se reportan 0.54 casos por cada 100,000 habitantes, comparado con solo entre 0.047 y 0.086 casos en Occidente.

Relación genética

Los expertos han descubierto que la enfermedad puede estar relacionada con una predisposición genética, especialmente ligada al gen Rnf213, que es más común en poblaciones asiáticas. Este dato ha suscitado alarmas entre los profesionales sanitarios, quienes subrayan la importancia de una mayor investigación en Europa para poder identificar los factores de riesgo y realizar un diagnóstico temprano.

Situación en España

A pesar de su rareza, el IRCCS Besta de Milán se erige como el centro de referencia en Italia, con un registro que abarca a más de cien pacientes, mientras que en España la situación es menos clara. Se estima que aún hay muchos casos no documentados y es vital que los hospitales colabores para crear una base de datos que permita mejorar el entendimiento de la enfermedad. La red europea Vascern está trabajando en ese sentido, promoviendo la creación de registros que ayuden a desentrañar esta extraña patología.

Tratamiento y prevención

El tratamiento principal para Moyamoya es la revascularización quirúrgica, un procedimiento que ha mostrado resultados prometedores al reducir eventos isquémicos y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Sin embargo, la causa de esta estenosis progresiva sigue siendo un misterio, y hasta la fecha no existe un tratamiento que pueda revertir el daño vascular una vez establecido. Con la creciente preocupación por esta enfermedad, es crucial que tanto el público como los médicos estén informados sobre sus síntomas y riesgos. Estar alerta puede marcar la diferencia entre una rápida intervención y complicaciones graves.