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¡Alerta en el rugby madrileño! Los clubes humildes enfrentan un futuro incierto

2024-09-21

Los clubes de rugby más humildes de la Comunidad de Madrid están viviendo un momento crítico. Tras una reunión reciente con la Federación Madrileña de Rugby y la Comunidad de Madrid, estas entidades han impuesto exigencias que ponen en jaque la continuidad de muchos de estos clubes. La Comunidad ha dado un ultimátum para implementar estas exigencias en un tiempo récord, como parte de un proceso de profesionalización del rugby en la región.

Entre las nuevas condiciones se incluye la obligatoriedad de tener un director deportivo con formación de nivel 3, que es el máximo requerido, así como que todos los entrenadores deben poseer un curso de formación específico para dirigir a las categorías de Sub-12. Estas exigencias son imposibles de cumplir para la mayoría de los clubes más pequeños, que apenas cuentan con recursos y personal capacitado, mientras que solo las entidades más grandes pueden adaptarse rápidamente.

La situación es alarmante. Madrid está repleto de clubes que van desde los más consolidados, que cuentan con plantillas completas de senior a aquellos que apenas tienen un equipo pequeño, con pocos jugadores. En este panorama, también se encuentran clubes emergentes que han sido fundados recientemente, muchos de los cuales centran sus esfuerzos en fomentar el talento juvenil y en el desarrollo de la cantera.

La reunión telemática que tuvo lugar el 3 de septiembre dejó claro que hay poca flexibilidad respecto a los plazos. Los clubes recibieron la noticia de que tenían apenas una semana para cumplir con los requisitos. Este corto tiempo de reacción resulta devastador para entidades como el Barrio del Pilar Rugby o Moralzarzal, que ahora deben apresurarse para encontrar monitores y directores deportivos capacitados para cumplir con las rigurosas normativas impuestas.

A pesar del panorama desalentador, la Federación Madrileña de Rugby ha expresado su apoyo a los clubes más vulnerables ante esta nueva normatividad. Sin embargo, estos clubes han manifestado que, aunque desean colaborar con la Federación, sienten la presión de adaptarse a las nuevas exigencias de la Comunidad de Madrid, lo cual podría costarles la continuidad en la competición.

Con el futuro del rugby madrileño en la cuerda floja, muchos se preguntan: ¿Sobrevivirán estos clubes humildes a la embestida de la profesionalización? La comunidad deportiva está en vilo y todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollan los acontecimientos en las próximas semanas.