La provincia de Burgos se encuentra en alerta máxima ante el inminente pico de casos de gripe y otros virus respiratorios. Aunque el aumento en la presión hospitalaria todavía no ha alcanzado su punto álgido, los centros médicos comienzan a sentir las consecuencias. Según la Consejería de Sanidad, los síndromes gripales se han duplicado en comparación con la semana pasada, siendo el tipo AH1 el más prevalente, seguido por el AH3 y el B.

Actualmente, el porcentaje de ocupación en los hospitales de la provincia de Burgos alcanza el alarmante 61,5%. Sin embargo, cada uno de los tres principales hospitales muestra diferentes niveles de presión. El Hospital Santos Reyes de Aranda de Duero registra una ocupación del 53,68%, que ha aumentado desde el 46,5% observado el 3 de enero. Por otro lado, el Hospital Santiago Apóstol de Miranda de Ebro presenta una ocupación del 58,87%, una notable reducción respecto al 75% de principios de enero.

El Complejo Asistencial de Burgos es el que más preocupación genera, con un 72,08% de sus camas ocupadas, el mismo porcentaje registrado a inicios de mes. En diciembre, la gripe superó el umbral epidémico, afectando principalmente a los menores de 15 años, lo que añade un nivel de preocupación entre los padres y cuidadores.

Silva Fernández, directora general de Asistencia Sanitaria de la Consejería de Sanidad, se muestra optimista y afirma que “la situación está controlada” en la región. A pesar de estar en medio de una epidemia de virus respiratorios, asegura que “los recursos están funcionando con normalidad”. La campaña contra la gripe ya ha activado planes de contingencia en cuanto a personal y unidades hospitalarias, preparándose para un posible incremento de casos en las próximas semanas.

La incidencia de infecciones respiratorias se clasifica como moderada, con una tasa de 219 contagios de gripe por cada 100.000 habitantes. Sin embargo, este número ha aumentado drásticamente en las últimas semanas. Sonia Tamames, directora general de Salud Pública de Castilla y León, destaca que los jóvenes y los niños son los grupos más afectados, mientras que los mayores de 75 años representan el 45,4% de los pacientes ingresados.

En lo que respecta a la vacunación, los datos son preocupantes: solo el 59% de los hombres mayores de 60 años están vacunados, mientras que en las mujeres de la misma franja de edad la cifra llega al 61,8%. En contraste, entre los hombres menores de 60 años, apenas un 7,1% ha recibido la vacuna, y en mujeres apenas se alcanza un 11,7%.

Con la llegada de la temporada invernal, se intensifican los llamados a la población para que se vacune y tomen precauciones. Además, las autoridades sanitarias aconsejan evitar aglomeraciones y mantener medidas de higiene adecuadas para frenar la propagación del virus.