Si alguna vez te sientes mal después de una comida, es probable que pienses que una copa de vino o un trago de licor pueda ser la solución. Sin embargo, esto es un mito que puede empeorar tu situación. Si te encuentras con náuseas, dolor de cabeza y fiebre leve, es señal de que tu cuerpo podría estar lidiando con una intoxicación alimentaria.

Según el Dr. Fernando José García, del Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid, beber alcohol no es una medida segura en estas circunstancias. "No existe un nivel seguro de consumo de alcohol, y beberlo siempre implica algún riesgo. Cuanto menos alcohol se consuma, mejor será para tu salud", advirtió el especialista.

Aunque algunos estudios han sugerido que el alcohol podría ofrecer cierta protección contra las infecciones alimentarias, como los informes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., que indican que el consumo de vino puede reducir en un 90% el riesgo de intoxicación por mariscos en mal estado, estos hallazgos no son concluyentes. Los resultados solo muestran una asociación, no una causalidad.

Además, otros estudios, como uno llevado a cabo por el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas de Japón, han señalado que el alcohol, incluido el vino, podría ser ineficaz para prevenir enfermedades transmitidas por alimentos. De hecho, los abstemios suelen presentar menos problemas tras consumir alimentos dudosos.

Es crucial tener en cuenta que el alcohol no solo no es la solución; también puede debilitar tu sistema inmunológico. El consumo excesivo de alcohol puede causar inflamación en el intestino, permitiendo que bacterias y toxinas ingresen al torrente sanguíneo con mayor facilidad. Esto no solo aumenta tus posibilidades de enfermarte, sino que también dificulta tu recuperación de cualquier enfermedad alimentaria.

Además, el alcohol es deshidratante. El Dr. García subraya que inhibe la liberación de vasopresina, la hormona que ayuda a regular la hidratación del cuerpo, lo que puede resultar en debilidad y deshidratación, haciendo que seas más susceptible a las infecciones. Los síntomas de una intoxicación alimentaria pueden empeorar y prolongarse si decides consumir alcohol en lugar de buscar tratamiento adecuado.

Por lo tanto, si sospechas que has sufrido una intoxicación alimentaria, es esencial que consultes a un médico. No te arriesgues poniendo en riesgo tu salud con remedios que pueden hacer más daño que bien. Tu bienestar es lo primero, ¡cuídate!