Salud

¡Alerta! Aumento alarmante de infartos cerebrales: ¿Por qué está sucediendo?

2024-10-08

Autor: Carmen

¿Quiénes corren mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular?

Aproximadamente una de cada 10 personas en todo el mundo muere por apoplejía, siendo la tercera causa principal de muerte a nivel global, solo detrás de las enfermedades cardíacas y la COVID-19. En España, la apoplejía es la tercera causa de muerte, después de estas condiciones, afectando especialmente a mujeres y hombres de mediana edad, según el informe "Estrategia en Ictus del Sistema Nacional de Salud 2024".

A pesar de que las tasas de muertes por enfermedades cardiovasculares, incluyendo infartos cerebrales, habían disminuido en la segunda mitad del siglo XX, esta tendencia se ha estancado desde 2015. Mientras que los países de ingresos bajos y medianos muestran las tasas más altas de accidentes cerebrovasculares, algo alarmante ha sucedido en países de ingresos altos, donde la incidencia de ictus en adultos más jóvenes ha aumentado notablemente en la última década.

Factores de riesgo en aumento

El aumento de las tasas de obesidad, el estilo de vida sedentario y las alteraciones climáticas, como las temperaturas más cálidas, son algunos de los culpables. Sin embargo, el principal factor de riesgo ha sido identificado como la hipertensión arterial, responsable de más de la mitad de los accidentes cerebrovasculares en todo el mundo. Un estudio reciente indica que más del 50% de los estadounidenses con hipertensión ignoran su condición, lo que incluye al 93% de los jóvenes de entre 18 y 44 años.

Afortunadamente, la hipertensión es uno de los factores más controlables, y expertos como el neurólogo Mateo Schrag enfatizan la importancia de medir la presión arterial como uno de los cambios más sencillos que se pueden hacer a nivel global.

"Contamos con medicamentos que son efectivos y asequibles, además de que con un dispositivo de medición de presión arterial que cuesta aproximadamente 20 euros, cualquier persona puede hacerlo en casa", afirma Schrag. Ello subraya la necesidad urgente de enfocarse en la salud pública en torno a la hipertensión para prevenir accidentes cerebrales y cardiovasculares.

Aumento en grupos de riesgo

Los datos más recientes revelan que el porcentaje de adultos que han tenido un accidente cerebrovascular previo ha aumentado de 2.7% en 2011-2013 a 2.9% en 2020-2022. Aunque este aumento puede parecer leve, representa un cambio en la tendencia histórica de los últimos años.

Curiosamente, el grupo más impactado no son los mayores de 65 años, sino los adultos de entre 45 y 64 años, que han mostrado un aumento del 16% en su prevalencia de accidentes cerebrovasculares. La tendencia también se manifiesta en la población más joven, entre 18 y 44 años, donde el aumento ha sido del 15%. Esto revela que, aunque los adultos más jóvenes son un porcentaje menor del total de casos, su riesgo está en aumento.

¿Qué está detrás de esta crisis?

La prevalencia de condiciones como la obesidad y la hipertensión se correlaciona con el aumento de accidentes cerebrovasculares, particularmente en Estados Unidos, donde la obesidad ha crecido en la última década en ciertas regiones del país. Además, la crisis de opioides ha aumentado los casos en estados como Ohio y Tennessee.

Grupos como los nativos americanos y afroamericanos muestran mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares, probablemente debido a factores de salud crónicos, ingresos bajos y falta de acceso a atención médica adecuada. Según estudios globales, la hipertensión representa el 57% de los ictus en todo el mundo, mientras que la obesidad ha crecido en un 88% desde 1990, posicionándose como un problema significativo.

Implicaciones para la prevención y tratamiento

Los avances en los cuidados intensivos han permitido a más personas sobrevivir a los infartos cerebrales, pero esto también presenta desafíos para los sistemas de atención médica. La clave radica en la prevención, que sigue siendo una oportunidad sin explotar. Los cambios en el estilo de vida, especialmente la reducción de sodio en la dieta, son vitales para controlar la presión arterial.

Richard Temes, neurólogo en Estados Unidos, destaca que reconocer la salud personal y hacerse cargo de la misma puede prevenir la mayoría de los accidentes cerebrovasculares, y enfatiza la importancia del reconocimiento temprano de los síntomas. Usar el acrónimo FAST (Face, Arms, Speech, Time) puede salvar vidas: si una persona muestra signos de cara caída, debilidad en un brazo o dificultad para hablar, debe buscar asistencia médica inmediata.

Con un enfoque proactivo, las comunidades pueden cambiar el rumbo frente a esta creciente epidemia. "Las personas de 30 y 40 años están desarrollando cada vez más estas condiciones, pero existe una esperanza si tomamos medidas activas en nuestra salud y entorno", concluye Temes. ¡El futuro de nuestra salud cerebral está en nuestras manos!