
Alba Sánchez, doctora en ciencias biomédicas y farmacéuticas: "Los astronautas se preparan durante años para ir a Marte, aun conociendo los peligros"
2025-04-07
Autor: José
Los rayos de sol iluminan una pequeña estructura en un desierto rojizo y aislado. En este entorno hostil se encuentra una instalación de estética futurista que alberga a 8 pioneros, quienes utilizan placas solares para generar electricidad. Fuera, hay vehículos listos para la exploración, y cada vez que necesitan salir al mundo exterior, se visten con trajes especiales. Aunque no es Marte, estas instalaciones de la Mars Society en el desierto de Utah simulan de manera precisa las condiciones del planeta rojo.
Entre estos pioneros se encuentra Alba Sánchez, granadina y doctora en ciencias biomédicas y farmacéuticas por la Universidad de UCLouvain. Durante dos semanas, ella y otros investigadores internacionales llevaron a cabo experimentos para estudiar los cambios que experimenta el cuerpo humano en condiciones de aislamiento.
Las instalaciones en Utah están compuestas por módulos unidos por pasillos con materiales aislantes, similar a lo que se podría encontrar en Marte.
La difícil vida en Marte
Marte es un planeta frío, con temperaturas que oscilan entre los -70 °C y -120 °C, lo que haría imposible la supervivencia sin la protección adecuada. La gravedad en Marte es tres veces menor que en la Tierra, lo que afecta la distribución de fluidos en el cuerpo y puede provocar atrofia muscular y un mayor riesgo de enfermedades cardíacas. Además, la atmósfera marciana está compuesta en su mayoría por dióxido de carbono, lo que hace que sea irrespirable.
Sin embargo, la falta de un campo magnético que proteja a Marte de las partículas cargadas del sol es uno de los mayores peligros. En la Tierra, estas partículas crean hermosas auroras, mientras que en Marte bombardean la superficie, ionizando moléculas y contaminando el entorno. Esto plantea un reto significativo para la primera misión humana al planeta rojo, ya que el polvo radiactivo podría entrar en las instalaciones y afectar la salud de los astronautas.
La simulación en Utah ofrece un entorno más seguro; aunque no hay el frío extremo ni el aire irrespirable de Marte, los investigadores experimentan el aislamiento y siguen protocolos de emergencia. La dieta está compuesta por comida liofilizada y el espacio es muy limitado.
¿Cómo se llega a Marte?
Alba Sánchez llegó a las instalaciones de Utah por casualidad. En la universidad, vio a una compañera con un logo de la Mars Society e, intrigada, le preguntó sobre ello. La Mars Society lleva a cabo un programa anual donde un comité selecciona proyectos que investigan los efectos del entorno marciano en el cuerpo humano.
El proyecto que presentó Alba se centra en medir los efectos de las misiones espaciales en el sistema inmunitario, utilizando muestras de sangre y saliva. "Sabemos que el sistema inmunitario se ve afectado durante las misiones espaciales, pero necesitamos entender si esto es causante de la radiación, la microgravedad o el aislamiento", explica. Para ello, midió los niveles de anticuerpos antes y después de la simulación.
Impactos del aislamiento
Sus investigaciones revelaron que, tras dos semanas de aislamiento, los niveles de anticuerpos igGs, vitales para combatir infecciones, disminuyeron en los participantes. Esto implica una mayor susceptibilidad a enfermedades después del aislamiento. También se observaron cambios en la producción de células granulocíticas en la médula ósea, que son cruciales para la defensa del organismo, así como variaciones en la microbiota, que pueden influir en la salud psicológica de los astronautas.
Alba enfatiza que aunque estos estudios están dirigidos a la exploración espacial, sus resultados tienen aplicaciones en la Tierra, especialmente en entornos hospitalarios donde la microbiota puede jugar un papel crucial en la rehabilitación de los pacientes. De esta manera, su investigación no sólo contribuye a preparar a la humanidad para viajar a Marte, sino que también ofrece valiosos conocimientos que podrían mejorar la atención médica en nuestro planeta.
Con su determinación, la Dra. Sánchez sostiene un cartel que dice "Sin ciencia no hay futuro", recordando la importancia de la investigación para el avance de la humanidad.