Introducción

Un inusual encierro infantil se llevó a cabo este domingo en Valencia, organizado por Vicente Barrera, antiguo vicepresidente de Vox. Sin embargo, el evento atrajo la atención no solo por su naturaleza, sino también por el escaso número de participantes: apenas 50 niños se unieron a una carrera de un minuto que comenzó en la plaza de San Vicente Ferrer, un hecho que ha generado opiniones encontradas en la sociedad.

Defensa del evento

Barrera defendió el evento como una actividad cultural y familiar, señalando que los niños jugarían al toro, una tradición en muchas plazas de España. "Como vecino de Ciutat Vella, he promovido este acto durante años. No se relaciona con mi pasado político", expresó Barrera, quien además destacó que los padres dieron su consentimiento para que se grabaran imágenes de los rostros de sus hijos.

Controversia política

El evento, que fue aprobado por el Gobierno autonómico y el Ayuntamiento de Valencia, sembró dudas y descontento, especialmente en las filas de la oposición. La alcadesa María José Catalá, quien al principio mostró reticencias, finalmente autorizó el encierro infantil, a pesar de las múltiples críticas recibidas.

Reacciones del PSPV

El PSPV ha catalogado el evento como un "retroceso en toda regla", responsabilizando a Vox y al PP de convertir a Valencia, anteriormente reconocida por sus políticas de sostenibilidad y como Capital Verde Europea, en una "caricatura". Borja Sanjuán, portavoz del grupo municipal socialista, aseveró que este encierro no es más que una promoción del maltrato animal entre los más jóvenes.

Impacto en la cultura taurina

La polémica se intensifica, teniendo en cuenta que muchos consideran que el evento podría tener un impacto negativo en la percepción de la cultura taurina, ya que se está normalizando entre niños. Sanjuán argumentó que una administración no debería utilizar fondos públicos en actividades que instigan a los niños a pensar que maltratar a un animal puede ser divertido.

Conclusiones

Con la autorización de este encierro, Valencia atrae la atención tanto nacional como internacional, y críticos advierten que se está alineando con prácticas retrógradas y controversiales. Finalmente, líderes comunitarios y activistas han expresado su desazón, instando al Gobierno local a reconsiderar sus prioridades y a centrarse en políticas que verdaderamente beneficien a la comunidad y promuevan el bienestar animal y humano en una ciudad que aspira a ser moderna y progresista. La controversia se mantiene en el aire, y los ciudadanos están divididos sobre el futuro de la cultura taurina en su capital.