Más de 600 desarrolladores de software y personal de soporte técnico digital de The New York Times han decidido entrar en huelga este lunes, justo un día antes de las cruciales elecciones presidenciales y del Congreso en Estados Unidos, según anunció el propio periódico.

El sindicato Times Tech Guild, que también representa a analistas de datos dentro de esta prestigiosa publicación, eligió este momento de alta relevancia informativa para iniciar el paro después de haber negociado hasta última hora del domingo y no llegar a ningún acuerdo con la dirección.

Las demandas del gremio incluyen la inclusión de una cláusula que los proteja de despidos injustificados, exigiendo que solo puedan ser despedidos por motivos claros como mala conducta; un aumento salarial sustancial y una política de igualdad de remuneración que garantice que hombres y mujeres sean pagados de manera justa.

La dirección de The New York Times comunicó a sus empleados que ofreció un aumento salarial anual del 2.5% y un incremento del 5% para ascensos. Sin embargo, el sindicato consideró estas medidas insuficientes, y a partir de este lunes comenzarán a protestar diariamente frente a la sede de la empresa desde las 9:00 de la mañana, hora local.

"No nos han dejado otra opción que demostrar el poder de nuestro trabajo en los piquetes. Sin embargo, estamos dispuestos a negociar y a asegurarnos de que este contrato llegue a un buen término", declaró Kathy Zhang, presidenta del sindicato, enfatizando su deseo de diálogo.

El sindicato también agregó que ya había presentado "numerosas denuncias por prácticas laborales desleales" contra The New York Times ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales, debido a las órdenes de la empresa que obligaban a regresar a la oficina tras la pandemia y a los intentos de presión hacia los empleados por sus intenciones de hacer huelga.

Precedentes de huelgas en el Times incluyen la lucha del sindicato de Wirecutter, la publicación encargada de recomendaciones de compra, que organizó una huelga de cinco días en 2021 durante el Black Friday. Además, el año pasado, periodistas y editores también hicieron huelga para negociar mejores condiciones laborales.

Estas tensiones laborales han impactado negativamente en la reputación de uno de los medios más respetados del planeta. En noviembre del año pasado, miles de manifestantes pro palestinos vandalizaron su sede, alegando que el periódico estaba a favor de Israel durante el conflicto con Hamás y la devastación en Gaza. Este tipo de controversias, junto con el tratamiento del medio a temas trans, ha llevado a la rescisión de contratos de ciertos columnistas y redactores que se habían involucrado activamente en causas sociales, supuestamente comprometiendo su neutralidad.

Por si fuera poco, en medio de esta crisis, se informa que las suscripciones digitales del periódico crecieron a un ritmo menor del esperado en este período electoral, aumentando solo en 260,000, cuando se esperaban al menos 300,000, en una época normalmente de gran consumo mediático. Además, las acciones de la compañía se desplomaron esta mañana un alarmante 6.7 %, lo que pone aún más presión sobre su dirección.