Una revolución en el hogar

Los antiguos contadores de gas están a punto de quedar obsoletos. Estos dispositivos, que requieren de visitas técnicas para registrar el consumo, están siendo sustituidos por modelos inteligentes. Según el Gobierno, entre 2028 y 2032, ocho millones de hogares deberán adaptarse a este cambio. Aunque la medida promete mayor transparencia y control, también anticipa un aumento en la factura de gas.

Un incremento que puedes sentir en tu bolsillo

Pero, ¿cómo impactará esto en tus finanzas? Actualmente, el alquiler de un contador de gas cuesta aproximadamente 58 céntimos al mes; con los nuevos contadores, esta cifra se elevará a 1,10 euros. Esto significa que los hogares verán un aumento de entre 46 y 52 céntimos mensuales, lo que equivale a unos seis euros al año, según las proyecciones del Ministerio.

Un cambio necesario pero costoso

La última vez que hubo un cambio en el coste del alquiler fue en 2017, cuando bajó de 1,25 a 0,58 euros. El Gobierno asegura que este costo adicional es menor que seguir instalando contadores analógicos y que, a largo plazo, el ahorro podría alcanzar los 800 millones de euros en 25 años.

Digitalización al servicio del consumidor

Más allá del dinero, estos nuevos dispositivos cambiarán radicalmente la forma en que los hogares gestionan su consumo energético. Con lecturas remotas y en tiempo real, se eliminarán las estimaciones de consumo y facilitará la gestión a través de plataformas digitales. Cada consumidor podrá consultar su gasto y optimizar su uso de energía de manera más efectiva.

Sedigas y el Gobierno: un tira y afloja

La asociación Sedigas ha expresado su apoyo a la medida pero también ha planteado desafíos. Estiman que la sustitución requiere un presupuesto de 200 millones de euros no contemplados en la regulación actual. Además, proponen un calendario más flexible y medidas más contundentes para evitar manipulaciones.

El futuro de los contadores de gas

El contador, una pieza que ha estado en un rincón olvidado de nuestros hogares, se convertirá en un elemento crucial para la transición energética. Para los consumidores, representará un pequeño aumento en los gastos, pero también un control más efectivo sobre sus hábitos de consumo. Para el país, es una oportunidad de modernizar el sistema gasista hacia un modelo más eficiente y sostenible.

Una oportunidad para liderar en Europa

Como menciona Forbes, "con un marco regulatorio equilibrado, España puede liderar en la digitalización del consumo energético en Europa". Ahora, el verdadero desafío radica en cómo se distribuirá el costo de esta transición.