Cada vez son más las voces que se alzan en contra del controvertido cambio de hora. Esta práctica, que afecta a millones de personas en todo el mundo, es cuestionada por sus efectos negativos en la salud y el bienestar. Europa, tradicionalmente defensora del cambio de hora, podría estar a punto de dar un giro de 180 grados.

Recientemente, la British Sleep Society, que reúne a expertos en neurociencias, fisiología y medicina del sueño de las principales universidades británicas, publicó un estudio revelador en el Journal of Sleep Research. En este análisis, los especialistas piden la abolición del cambio de hora y la restauración del horario estándar permanente, también conocido como horario medio de Greenwich. Su recomendación se fundamenta en evidencia científica que resalta los efectos adversos del cambio de hora y el horario de verano (DST) sobre el sueño y los ritmos circadianos.

La sociedad científica enfatiza la importancia del sueño para mantener una buena salud. Según Eva Winnebeck, coautora del estudio y experta de la Universidad de Surrey, “los cambios de hora forzados alteran nuestros ciclos de sueño al hacer que tengamos que despertarnos e ir a trabajar o a la escuela una hora antes, muchas veces en la oscuridad”.

Este cambio, según los investigadores, afecta nuestra capacidad de regular el sueño de manera óptima. La luz natural de la mañana es esencial para sincronizar nuestro reloj biológico con el ciclo día-noche, lo que impacta directamente en nuestra salud general y bienestar.

Aunque algunas personas proponen mantener el horario de verano durante todo el año, los expertos advierten sobre los peligros de esta opción. Malcolm von Schantz, coautor del estudio y profesor de la Universidad de Northumbria, señala: “Tendríamos mañanas oscuras en invierno, y la luz matutina es vital para nuestro bienestar”.

No solo en el Reino Unido se cuestiona el cambio de hora; sociedades de sueño en Estados Unidos y Canadá también se oponen a mantener el horario de verano durante todo el año y apoyan el regreso al horario estándar. Esta declaración de la British Sleep Society es la primera de su tipo en el Reino Unido, destacando que la geografía y la orientación de la isla pueden impactar significativamente a sus habitantes. Como concluye Megan Crawford, PhD de la Universidad de Strathclyde, “un horario de verano permanente podría perjudicar enormemente a los residentes del oeste y norte de Londres”.

El consenso creciente entre los expertos indica que es hora de reconsiderar esta práctica obsoleta. ¿Estamos a punto de despedirnos del cambio de hora de forma definitiva? Solo el tiempo lo dirá.