
Adiós a Paca: Un ícono de la recuperación del oso pardo en España
2025-04-10
Autor: Laura
La osa Paca, símbolo del renacer del oso pardo en España, ha sido sacrificada a la edad de 36 años para evitarle más sufrimiento. Sus problemas de movilidad habían empeorado recientemente, afectando gravemente su calidad de vida.
Junto a su hermana Tola, quien falleció en 2018, y Furaco, el oso cántabro que viajó a Asturias para contribuir a la reproducción, Paca se convirtió en un emblema de esperanza para la recuperación de esta especie.
La trágica historia de estos tres osos comenzó tras la caza furtiva de su madre, lo que dejó a Paca y Tola sin un futuro asegurado. Furaco, tras no lograr descendencia durante nueve años de intentos, regresó a Cantabria, dejando en Proaza a las osas que se habían convertido en sus compañeras.
La Consejería de Medio Rural y Política Agraria del Principado de Asturias decidió sacrificar a Paca tras recibir un informe veterinario que diagnosticaba un "deterioro irreversible" en su estado físico, con una notable disminución de sus reacciones y una condición corporal preocupante.
La historia de Paca y su legado sigue cautivando a los amantes de la naturaleza. Su primer encuentro con Furaco fue en 2008, pero la atracción inicial no tuvo éxito. En 2009, se produjo un apareamiento entre Furaco y Tola, que intentaron reproducirse en 19 ocasiones, sin resultados positivos.
Fue a partir de 2012 que comenzaron a surgir esperanzas de cría, pero incluso ese progreso llegó con malas noticias: se encontró a una cría de solo 330 gramos, aparentemente aplastada por su madre.
Durante este tiempo, Paca enfrentó su propia lucha, ya que la presencia de Furaco se convirtió en una fuente de estrés, obligando a los veterinarios a separarla de los demás.
La colaboración entre Asturias y Cantabria durante nueve años para repoblar el oso pardo en cautividad fue un esfuerzo significativo, y aunque la especie sigue en peligro, su población ha comenzado a recuperarse. Según el último censo de 2020, se estima que hay alrededor de 370 ejemplares en la península.
Tras la muerte de Paca, el futuro del oso pardo en España continúa siendo un desafío. Sin embargo, su historia perdurará como un testimonio de resistencia y esperanza en la conservación de la fauna.