Las llamadas spam se han convertido en una molestia constante en nuestras vidas. La mayoría de las personas, al ver un número desconocido en su pantalla, prefieren no responder. A pesar de que estas llamadas han disminuido en los últimos tiempos, las operadoras de internet, de seguros y otras empresas continúan acosando a los consumidores.

Para combatir este bombardeo de llamadas, no es suficiente con colgar o responder y cortar la llamada. Hay una pregunta mágica que es crucial plantear: «¿De dónde habéis sacado mi número?». Esta simple consulta puede cambiar la dinámica de la conversación.

La legislación de protección de datos obliga a las empresas a revelar la fuente de nuestros números telefónicos. Si el operador responde que han obtenido el número de una compañía con la que compartimos datos anteriormente, podemos solicitar que dejen de llamarnos, y de acuerdo con la normativa de la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD), están obligados a cumplir.

Sin embargo, existe la posibilidad de que el operador se niegue a proporcionar esta información. En tal caso, no dudes en presentar una denuncia ante la AEPD, ya que este es un derecho que te asiste como consumidor. También es bastante común que el interlocutor cuelgue tan pronto como formules la famosa pregunta, lo que puede ser un indicativo de que no están cumpliendo con la normativa.

Recuerda que la prevención es clave. Puedes optar por registrar tu número en servicios de bloqueo de llamadas spam o utilizar aplicaciones móviles que ayudan a identificar números no deseados. Además, educar a tus amigos y familiares sobre estas prácticas puede ser fundamental para enfrentar juntos esta invasión de llamadas spam.

Finalmente, aunque las llamadas spam son un inconveniente, empoderarte con esta información puede marcar una gran diferencia en tu día a día. ¡Ponte en acción y haz tu voz escuchar!