Hoy, con la publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE), ha entrado en vigor la derogación del decreto ómnibus que, entre otros cambios, incluía la prórroga de las ayudas del programa Moves III para la compra de vehículos electrificados. Este plan, que se extendía hasta el 30 de junio de 2024, ha sido eliminado, dejando a la industria en una situación crítica.

Ambas asociaciones, la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y Faconauto, han expresado su descontento ante este giro de eventos, asegurando que "este es el peor escenario que podía ocurrir", ya que la falta de estas subvenciones podría paralizar las ventas de coches eléctricos. Esto, a su vez, significaría un serio retraso en el cumplimiento de las metas de descarbonización establecidas por la Unión Europea.

Arturo Pérez de Lucía, director general de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE), ha añadido que "la no aprobación del decreto ómnibus lanza un mensaje contradictorio a la sociedad en un momento crítico para acelerar la electrificación del transporte".

Ganvam, la Asociación Nacional de Vendedores y Reparadores de Vehículos, ha hecho un llamado urgente al Gobierno para que considere nuevamente la prórroga del Plan Moves III. Según su perspectiva, la derogación de estas ayudas deja desprotegidos a los compradores que habían confiado en la continuidad de las ayudas propuestas.

Las ayudas del plan Moves III ofrecían subvenciones significativas: hasta 7.000 euros para particulares que compraran vehículos eléctricos o híbridos enchufables con una autonomía de más de 90 kilómetros, siempre que se entregara un coche viejo de al menos siete años para achatarrar. En caso de no achatarrar, el monto de la ayuda se reducía a 4.500 euros. Para híbridos enchufables con una reducción de autonomía, las ayudas eran de 5.000 euros si se entregaba un coche para desguace y 2.500 euros sin achatarramiento. Para empresas, especialmente aquellas que adquirieran vehículos comerciales, las ayudas podían ascender hasta 9.000 euros.

Además de estas líneas de apoyo financiero, la derogación del decreto implica también la eliminación de la deducción del 15% del IRPF (hasta un máximo de 3.000 euros) en la compra de vehículos eléctricos. Esto afecta aún más al mercado de automóviles sostenibles, que ya mostraba un crecimiento más lento de lo esperado. En 2024, la cuota de mercado de eléctricos en España fue del 5,6%, muy por debajo de la media europea del 13,6%.

Los fabricantes automovilísticos enfrentan una nueva realidad. Necesitan acelerar la comercialización de vehículos sostenibles para evitar enfrentar sanciones multimillonarias por no cumplir con la normativa 'CAFE', la cual establece que para 2025, las marcas deberán tener una media inferior a los 93,6 gramos de CO2 por kilómetro de coches vendidos en Europa. Sin las ayudas, los fabricantes enfrentan aún más problemas para alcanzar estos objetivos cruciales, lo que podría incurrir en multas onerosas que impactarían negativamente a la producción española y a los empleos en nuestras fábricas.

El futuro del sector automotriz en España se vislumbra incierto, y muchos ya se preguntan: ¿qué será del mercado de los vehículos eléctricos sin la ayuda del gobierno?