Este martes, Rusia desató un ataque aéreo masivo sobre Ucrania, impactando en la capital y otras regiones con una lluvia de misiles y drones. A las 3:00 de la madrugada, la fuerza aérea ucraniana alertó sobre una inminente amenaza de misiles balísticos, y poco después se registraron al menos dos explosiones en Kiev. A las 8:00 de la mañana, se emitió otra alerta que culminó con una explosión en la ciudad. Aunque algunos restos de misiles cayeron en el distrito de Darnytskyi de Kiev, afortunadamente no se reportaron víctimas ni daños significativos, según la administración local.

Sin embargo, la situación fue más grave en la región nororiental de Sumy, donde se reportaron ataques cerca de Shostka. El alcalde, Mykola Noha, informó que 12 edificios residenciales y varias instalaciones educativas sufrieron daños. Además, se destruyeron algunos 'objetos de infraestructura social', aunque no se dieron detalles concretos sobre la magnitud de los daños.

La Fuerza Aérea de Ucrania también notificó ataques con misiles y drones dirigidos hacia otras partes del país. Durante la guerra, aproximadamente la mitad de la infraestructura energética de Ucrania ha sido devastada, resultando en apagones generalizados en diversas regiones.

A pesar de la situación alarmante, los aliados occidentales de Kiev han brindado sistemas de defensa antiaérea para salvaguardar la infraestructura crítica. Sin embargo, Rusia ha intensificado sus esfuerzos, implementando tácticas de saturación para abrumar las capacidades defensivas de Ucrania con grandes oleadas de misiles y drones.

Este nuevo ataque se produce en un contexto de creciente incertidumbre sobre el futuro del conflicto, especialmente con la llegada al poder del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha indicado su intención de reevaluar el apoyo militar a Ucrania. Mientras tanto, el presidente actual, Joe Biden, anunció el envío de 2.500 millones de dólares adicionales en armas a Ucrania antes de que Trump asuma el cargo el próximo mes.

A lo largo del año, Ucrania ha mantenido su propio ataque mediante un constante uso de misiles y drones. La madrugada del martes, el Ministerio de Defensa ruso reportó que sus defensas antiaéreas lograron derribar 68 drones ucranianos en varias regiones.

En una reciente declaración, el gobernador de la región rusa de Smolensk, Vasily Anokhin, informó que fragmentos de drones habían impactado en un depósito de petróleo, provocando un incendio. En Crimea, ocupada por Rusia, el funcionario designado por Moscú en Sebastopol, Mikhail Razvozhayev, destacó que las defensas rusas pudieron interceptar cuatro drones que atacaban la ciudad, así como hundir dos embarcaciones no tripuladas.

Además, la Dirección de Inteligencia Militar de Ucrania, conocida como GUR, reveló que uno de sus drones navales había derribado un helicóptero ruso utilizando un misil, marcando un precedente histórico en el conflicto. Este suceso tuvo lugar cerca del cabo Tarkhankut, en Crimea, donde un dron MaguraV5 llevó a cabo la operación contra un helicóptero Mi-8. Otro helicóptero también sufriría daños al intentar llegar a un aeródromo.

Pese a los esfuerzos ucranianos, Rusia ha mantenido una postura ofensiva este año, avanzando lentamente a través de las defensas ucranianas en el este. Sin embargo, en agosto, Ucrania sorprendió a Moscú con una incursión en la región de Kursk, lo que resultó en un golpe estratégico para el Kremlin. Mientras el Ejército ruso ha recuperado algunas posiciones, no ha logrado despojar por completo a las tropas ucranianas.