La llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos ha desencadenado una serie de comentarios polémicos sobre las relaciones que su administración tendrá con Brasil y otros países de Latinoamérica.

Tras asumir el cargo en el Capitolio, Trump participó en múltiples eventos públicos, como uno en el Capital One Arena, donde firmó varios decretos en presencia de sus seguidores.

Durante su primera rueda de prensa en el Despacho Oval de la Casa Blanca, fue cuestionado por una periodista brasileña sobre la relación entre Estados Unidos y Brasil. Trump's respuesta fue contundente: “Grandiosa. Ellos nos necesitan más de lo que nosotros los necesitamos a ellos”. Continuó afirmando que “todo el mundo nos necesita”, lo que generó reacciones diversas en la comunidad internacional.

El presidente también manifestó su deseo de mantener “excelentes” relaciones bilaterales con Brasil. En contraste, Luiz Inácio Lula da Silva, el mandatario brasileño, le envió buenos deseos para su mandato, esperando que promueva la prosperidad en Estados Unidos y un “mundo más justo y pacífico.”

Sin embargo, las declaraciones de Trump no se limitan a Brasil. Su administración lanzó una serie de anuncios controversiales, incluida la intención de recuperar el control del Canal de Panamá, al que atribuyó un supuesto control chino en la actualidad. Además, Trump reafirmó su enfoque duro hacia la inmigración ilegal proveniente de México, señalando que esta situación es responsable de la inseguridad y problemas económicos en Estados Unidos.

No solo eso, sino que el ex presidente también reintegró a Cuba en la lista de países promotores de terrorismo, lo que ha generado un fuerte debate sobre la política exterior de su gobierno hacia Latinoamérica.

Esta retórica contrasta con la relación de Trump con otros líderes de la región, como Javier Milei de Argentina, Daniel Noboa de Ecuador, Santiago Peña de Paraguay y Nayib Bukele de El Salvador, quienes han expresado su apoyo al nuevo mandatario. La presencia del líder opositor venezolano Edmundo González, reconocido por Trump como “legítimo presidente electo de Venezuela”, también marca su alineación con ciertos sectores políticos de la región.

El futuro de las relaciones entre Estados Unidos y Latinoamérica está en juego y las palabras de Trump directamente apuntan a un cambio en la dinámica tradicional, generando una mezcla de expectativa y temor en el continente.