¡Trump desata su ira contra la obispa que pidió clemencia por inmigrantes y la comunidad LGTBI!
2025-01-22
Autor: Camila
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, no se contuvo y exigió que la obispa Mariann Edgar Budde, quien ofició una ceremonia religiosa durante su investidura presidencial, le pidiera disculpas al público. Su motivo: la obispa tuvo el valor de pedir misericordia por los niños, los inmigrantes y la comunidad LGTBI desde el púlpito.
Este incidente ocurrió el 20 de enero, cuando Trump regresó a la Casa Blanca cuatro años después de finalizar su primer mandato y firmó varias órdenes ejecutivas, incluyendo reglas para iniciar deportaciones masivas de inmigrantes indocumentados. Durante la ceremonia de oración en la Catedral Nacional de Washington, Trump no ocultó su desagrado al escuchar el llamado a la compasión dirigido a estos grupos vulnerables.
En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump describió a la obispa como una radical de izquierda con un odio palpable hacia él. "La obispa que habló en el Servicio Nacional de Oración era una anti-trumpista que no tenía ni el más mínimo sentido del tono o la inteligencia. Su discurso fue desagradable y poco convincente", afirmó el exmandatario.
La obispa Budde, en su conmovedora intervención, instó a Trump y al vicepresidente JD Vance a tener "misericordia" no solo con los miembros de la comunidad LGTBI, sino también con aquellos inmigrantes que contribuyen al crecimiento del país, a pesar de su estatus migratorio. "Muchos de ellos son parte fundamental de nuestra sociedad; recogen nuestras cosechas, limpian nuestras oficinas y cuidan de nuestros enfermos en hospitales", puntualizó.
Budde enfatizó que la mayoría de los inmigrantes son personas trabajadoras que no representan una amenaza y pidió un cambio de perspectiva por parte de las autoridades. Este tipo de ceremonias de oración han sido una tradición desde 1993, donde cada nuevo presidente asiste a una oración la mañana siguiente a su toma de posesión. Sin embargo, el enfoque de Trump parece ser cada vez más polarizador, intensificando así la división en el panorama político y social de Estados Unidos.