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Trabajo 31 días al mes, 75 horas semanales: el oscuro secreto detrás de las fábricas de Shein en China

2025-01-16

Autor: Martina

Shein se ha consolidado como un coloso en la industria del ‘Fast Fashion’, valorada en impactantes 59 mil millones de euros. Con la ambición de salir a la bolsa en Londres, sus estrategias de ventas incluyen productos a precios bajos y promociones irresistibles que atraen a millones de consumidores.

Sin embargo, un reciente y revelador reportaje de la BBC ha destapado las penurias que se esconden tras ese éxito desmesurado: más de 5,000 fábricas de confección en China, donde los trabajadores enfrentan jornadas excesivas de trabajo, solo un día de descanso al mes y salarios indignantes.

La sede de Shein está en Singapur, pero la producción se encuentra concentrada en las fábricas del puerto de Guangzhou, donde miles de trabajadores laboran bajo condiciones desgastantes. El reportaje revela que estos trabajadores realizan hasta 75 horas semanales, un flagrante incumplimiento de la legislación china, que establece un límite de 44 horas semanales.

Las condiciones dentro de estas fábricas son alarmantes, repletas de fardos de ropa y maquinaria que nunca cesa. Un trabajador declaró: “Si un mes tiene 31 días, trabajo 31 días”, describiendo jornadas comunes que van de 12 a 15 horas, incluso los domingos, donde se laboran un promedio de 9 a 10 horas.

La ONG Public Eye señaló que el salario base en estas fábricas oscila entre 2,400 yuanes mensuales (aproximadamente 320,000 pesos chilenos). Algunos trabajadores logran ganar hasta 4,000 yuanes (550,000 pesos chilenos) a través de un nuevo sistema de pago que remunera por pieza producida. Esto significa que una camiseta puede pagarse entre uno y dos yuanes (menos de un dólar) dependiendo de su complejidad, detalló una trabajadora, quien indica que puede confeccionar hasta una docena en una hora.

La marca Shein ha emitido un comunicado asegurando que se esfuerza por implementar los más altos estándares de remuneración y que exige a todos sus proveedores que se adhieran a un código de conducta. Asimismo, se mencionó que trabajan con auditores para asegurar el cumplimiento de las normas laborales. Pero las preguntas persisten: ¿son suficientes estas medidas ante la realidad presentada por los trabajadores? La lucha por derechos y mejores condiciones laborales continúa en un sector que a menudo se beneficia a expensas del bienestar humano.

Esta situación plantea un dilema ético para los consumidores, quienes deben decidir si seguir apoyando a una marca que promete moda accesible a costa de condiciones laborales tan inhumanas. ¿Es el precio de la moda rápida más alto de lo que parece?