Introducción

La investigación sobre la desaparición de María Ercira Contreras, una mujer de 86 años, ha tomado un nuevo rumbo tras la indagatoria de la Policía de Investigaciones (PDI). Desde el 12 de mayo, día en que se perdió el rastro de la abuela en Limache, la PDI ha estado rastreando los teléfonos de quienes estuvieron en el Fundo Las Tórtolas donde su familia la vio por última vez.

Desarrollo de la investigación

El fiscal Guillermo Sánchez ha indicado que se están siguiendo todos los pasos necesarios según los protocolos establecidos en casos de desapariciones prolongadas. Tras obtener la autorización del juez Daniel Henríquez, los investigadores han analizado las comunicaciones de 13 personas, incluidos sus nietos y otros familiares.

Comportamiento del hijo

Uno de los detalles más inquietantes que emerge de las pesquisas es el comportamiento del hijo de María Ercira, Maximiliano Hernández. Según el informe de la PDI, él mantuvo su teléfono apagado antes, durante y después de la desaparición de su madre. Esto ha generado una serie de teorías que incluyen desde fallos técnicos hasta la posibilidad de un cese voluntario del uso del dispositivo. Esto se vuelve aún más sospechoso al contrastar su inactividad con el hecho de que, hasta la fecha, María Ercira no había tenido antecedentes de extraviarse.

Justificación familiar

La familia, sin embargo, intenta justificar la acción de Maximiliano, manifestando que él suele apagar su teléfono los domingos para descansar. Sin embargo, esta declaración ha levantado más dudas y el fiscal planea interrogarlo para aclarar por qué eligió desconectarse el día crucial.

Rodrigo Cortez y el contexto familiar

Otra figura clave en esta investigación es Rodrigo Cortez, pareja de una de las nietas de María Ercira, quien también tuvo sus líneas telefónicas investigadas. Cortez mencionó que la abuela de su pareja a veces olvidaba acciones cotidianas, aunque pudo aclarar que no tenía conocimiento de un diagnóstico médico formal sobre su estado de salud.

La administradora del fundo

El dossier también incluye a Mónica Kleinert, administradora del fundo familiar, quien se encuentra en Estados Unidos desde el 2 de julio. Ella expresó su compromiso con la investigación, aclarando que no había ocurrido ningún incidente similar en el lugar. El teléfono de Kleinert muestra actividad constante durante el día de la desaparición, lo que podría aportar pistas clave sobre los eventos del 12 de mayo.

Testimonio del cuidador

Testimonios de Jacinto Ayala, el cuidador del fundo que lleva 21 años trabajando ahí, también han sido cruciales. Ayala describió una intensa actividad en el lugar ese día, señalando a un extraño que preguntó por María Ercira antes de que se reportara su desaparición. Ayala enfatizó que el lugar es seguro y familiar, lo que incrementa la intriga sobre lo que realmente sucedió.

Análisis de tráfico telefónico

El análisis detallado del tráfico telefónico y la geolocalización han confirmado que la actividad en las líneas estudiadas estuvo concentrada en el área del fundo en momentos claves. Además, se han hecho sugerencias para investigar quiénes son los contactos de las comunicaciones registradas después de la fecha de desaparición, dejando abierta la posibilidad de que nuevas revelaciones puedan surgir en esta compleja historia.

Conclusión

Aunque han pasado siete meses, las preguntas siguen sin respuesta. ¿Qué sucedió realmente con María Ercira? La PDI está decidida a encontrar respuestas y terminar con el angustioso silencio que ha marcado la vida de su familia durante todos estos meses.