A pocos días del esperado traspaso de mando en la alcaldía de Ñuñoa, un histórico bastión del Frente Amplio cuando estaba liderado por Emilia Ríos, el actual alcalde Sebastián Sichel ha desatado polémica al calificar el término 'ñuñoinismo' como una "mala caricatura". Durante una entrevista con La Cuarta, Sichel dejó claro que su intención es "destruir" esta concepción, argumentando que la verdadera esencia de Ñuñoa radica en libertad de ser y vivir diversas identidades.

"La belleza de Ñuñoa es que puedes ser conservador o liberal, católico o ateo, vegano o amante del asado. Si restringes esa diversidad a una sola categoría, la estás destruyendo", afirmó Sichel, quien busca empoderar a todos los ciudadanos sin importar su ideología política o estilo de vida.

En su discurso, el alcalde no solo defiende la diversidad, sino que también critica la exclusividad que a veces se asocia con el 'ñuñoinismo'. "Muchas veces se ha presentado una visión estrecha de lo que significa ser de Ñuñoa. Quiero abrir las parrillas, tanto para quienes disfrutan de asados carnívoros como para los veganos. Todos deberían sentirse cómodos", añadió.

Además, Sichel hizo un llamado a promover un ambiente de respeto mutuo, donde la superioridad moral no tenga lugar. "Quiero que en Ñuñoa podamos convivir en armonía, sin que nadie se sienta mejor o peor que otro por sus elecciones", expresó con firmeza.

Este mensaje de inclusión y diversidad resuena en un contexto político cada vez más polarizado. Sichel, quien ya ha tomado medidas para revitalizar la alcaldía, está decidido a transformar la imagen y esencia de Ñuñoa, buscando que cada ciudadano pueda expresarse libremente y sin ataduras a un estereotipo específico. Con esta postura desafiante, ¿podrá realmente Sichel derribar al 'ñuñoinismo' y traer un nuevo aire a la comuna? La expectativa está en el aire, y los habitantes de Ñuñoa observan atentamente lo que este nuevo liderazgo traerá consigo.