A días de que Donald Trump asuma nuevamente la presidencia de Estados Unidos, tanto Israel como Hamás han expresado un optimismo renovado sobre la posibilidad de alcanzar un alto el fuego en Gaza. Esta noticia llega en un momento crítico, después de meses de intenso sufrimiento en la región.

Fuentes del grupo islamista Hamás informaron que se está preparando un acuerdo de tregua con Israel, el cual podría firmarse en los próximos días, gracias a los avances en las conversaciones de mediación que tienen lugar en Doha, Qatar. Con 94 rehenes aún en manos de Hamás, los detalles de un posible canje han comenzado a perfilarse.

El ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, confirmó que las negociaciones están progresando y que Israel se está esforzando para llegar a un acuerdo significativo. Según la información que ha trascendido, el acuerdo de tregua podría implementarse en dos fases: la primera fase implicaría la liberación de 34 rehenes israelíes a cambio de un alto al fuego de un mes y medio, junto con la excarcelación de aproximadamente mil prisioneros palestinos. La segunda fase comenzaría una semana después del final de la primera, concluyendo con la liberación total de los rehenes restantes y más negociaciones sobre el fin de las hostilidades y la retirada israelí de Gaza.

Desde que Trump fue electo, ha manifestado repetidamente que uno de sus objetivos prioritarios es la liberación de los rehenes y el término del conflicto en Gaza, donde más de 46,500 palestinos han perdido la vida en los últimos 15 meses de intensos enfrentamientos. Durante una reciente conferencia de prensa, Trump advirtió que si los rehenes no son liberados antes de su toma de posesión, se desatará un “caos” en la región.

El analista Gershon Baskin, quien tiene acceso directo a fuentes de Hamás, afirmó que Trump está presionando al Primer Ministro israelí, Benjamin Netanyahu, para que se llegue a un acuerdo lo antes posible. Sin embargo, tanto Netanyahu como Hamás han mantenido posiciones firmes en sus demandas, lo que ha dificultado significativamente las negociaciones.

Por otro lado, el ala más ultraconservadora del gobierno de Netanyahu se opone a cualquier solución diplomática. El Ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha declarado rotundamente que no apoyará un “acuerdo de derrota”, insisting en la necesidad de “ocupar y limpiar” Gaza, lo que refleja la profunda división política en Israel sobre cómo manejar el conflicto.

Mientras tanto, el presidente saliente Joe Biden también expresó que un acuerdo de tregua podría estar más cerca de lo que se pensaba, reiterando que el pueblo palestino merece la paz y los derechos humanos. La atención mediática se centra en las reuniones entre Catar, Hamás y Estados Unidos, que han alcanzado un punto crucial en la mediación del conflicto.

En este contexto, el enfoque de Trump en la región podría cambiar el rumbo de las negociaciones. Se espera que su retorno a la Casa Blanca traiga un nuevo impulso a las conversaciones y, con suerte, un camino hacia la paz en Gaza, donde miles de familias siguen esperando respuestas y justicia.