El 8 de diciembre, Luz Rivanera, la esposa del reconocido actor Roberto Nicolini, sorprendió a todos al anunciar en su cuenta de Facebook que su esposo había sufrido un infarto. Esta noticia desconcertó a la industria de la televisión, especialmente teniendo en cuenta que solo unos meses antes, en septiembre, Nicolini había experimentado dos episodios similares, además de un accidente cerebrovascular (ACV) que tuvo lugar en enero de este año.

A pesar de los desafíos de salud, el actor ha demostrado una impresionante fortaleza y se expresó sobre sus experiencias en el programa 'Only Fama' de Mega. En un emotivo testimonio, relató cómo vivió el último infarto durante una presentación en Punta Arenas, en la que se encontraba solo, ya que su esposa no pudo acompañarlo. Un miembro del equipo de producción fue su único apoyo. "Fue mejor estar solo," comentó Roberto, reflexionando sobre la soledad en un momento tan crítico.

Las consecuencias de estos episodios han sido devastadoras. Nicolini confesó que actualmente funciona con solo el 22% de su capacidad cardíaca, lo que significa una lucha constante para mantenerse activo. "Imagínate, para sostener esta cantidad de peso, el corazón trabaja mucho, así que lo estamos reforzando. Cada pequeño logro diario es una alegría," agregó, señalando que valora cada día más la vida y la salud.

Además, también se mostró vulnerable al compartir que ha encontrado dificultades para dormir debido a la angustia que siente al no poder controlar el dolor y el temor de causar preocupación a sus seres queridos. "Es algo que no puedo evitar," expresó, con una voz cargada de emoción.

A pesar de todo, Nicolini está comprometido con su recuperación. Ha iniciado un programa de rehabilitación y está recibiendo kinesiología para ayudar a fortalecer su corazón. "Tengo un largo camino por delante, pero intentaremos hacerlo lo más feliz posible," aseguró, reflejando un enfoque optimista ante su situación.

La historia de Roberto Nicolini no solo revela los retos que enfrenta, sino también un mensaje de resiliencia y amor hacia su familia. Es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, hay espacio para la esperanza y la superación.