Un grupo internacional de científicos ha hecho un avance significativo en la comprensión de la microglía oscura, una variable de la microglía que se asocia con el Alzheimer, una enfermedad que actualmente afecta a alrededor de 40 millones de personas en todo el mundo. Este descubrimiento podría ofrecer nuevas perspectivas para tratamientos farmacológicos que frenen, o incluso reviertan, los efectos devastadores de esta condición.

La historia de la microglía comienza en un día de carnaval en 1918, cuando el científico español Pío del Río Hortega, para escapar del bullicio de las festividades, se encerró en su laboratorio en Madrid y realizó un hallazgo que cambiaría la neurociencia para siempre: la identificación de la microglía, un tipo de célula que juega un papel crucial en la salud del cerebro. Junto a las neuronas y los astrocitos, la microglía es uno de los componentes fundamentales del sistema nervioso.

Recientemente, un estudio publicado en la revista Neuron, encabezado por la investigadora Pinar Ayata de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, revela que la microglía oscura produce y libera lípidos tóxicos que son nocivos para las neuronas. Esta hallazgo fue complementado por investigaciones anteriores que indicaban que la microglía oscura era abundante en muestras de pacientes con Alzheimer, lo que sugiere un vínculo directo entre esta variante celular y la neurodegeneración.

La neurocientífica Amanda Sierra ha comparado la microglía con el dios romano Jano, el cual representaba tanto la guerra como la paz, enfatizando que, aunque estas células son responsables del apoyo inmunológico del sistema nervioso, su estado puede transformarse en una amenaza. Sierra también mencionó recientemente el descubrimiento realizado por el neurocientífico alemán Mikael Simons, que establece que la formación de las placas de beta amiloide, características del Alzheimer, comienza en la microglía. Este proceso podría indicar que la microglía no solo responde a la enfermedad, sino que juega un papel activo en su desarrollo.

Sin embargo, el papel de la microglía en la neurodegeneración es aún objeto de debate. Bart De Strooper, un destacado experto en Alzheimer, comentó que, aunque el nuevo estudio proporciona evidencia sólida sobre la alteración de los mecanismos de producción de lípidos tóxicos, la relación entre la microglía y la neurodegeneración es compleja y multifacética. "Es fundamental entender si la microglía se adapta a la neurodegeneración o si la causa", afirmó De Strooper.

Además, este avance científico no solo resalta la importancia de la microglía oscura, sino que también pone en valor la rica herencia de la neurociencia española y la memoria de Pío del Río Hortega, quien, a pesar de huir de España durante la Guerra Civil y fallecer en el exilio sin haber recibido el Premio Nobel de Medicina, dejó una huella imborrable en el campo de la neurobiología. Su legado sigue vivo en investigaciones contemporáneas que buscan desentrañar los misterios del cerebro y abrir nuevas vías de tratamiento para enfermedades devastadoras como el Alzheimer. ¡El futuro de la investigación sobre el Alzheimer podría estar más cerca de lo que pensamos!