La cuestión de las propinas ha suscitado un gran debate en Chile, donde el concepto de gratificación al servicio recibido se ha expandido más allá de los restaurantes, alcanzando a todo tipo de establecimientos. En restaurantes y lugares similares, es común dejar una propina como un gesto de gratitud hacia los meseros. Según el Código del Trabajo chileno, específicamente su artículo 64, se establece que en los locales que ofrecen atención a través de garzones, se debe sugerir una propina de al menos el 10% del total de la cuenta, a menos que el cliente exprese lo contrario.

Sin embargo, la presión por dejar propina ha llegado a otros sectores que tradicionalmente no requerían este tipo de compensación. Por ejemplo, en las cadenas de comida rápida, donde el cliente realiza el pedido y lleva su bandeja a la mesa, o en cuentas de delivery que ya incluyen el costo del servicio. Esta práctica ha incomodado a muchos consumidores, quienes sienten que se les está pidiendo un extra innecesario por servicios que creen que ya están pagados en su totalidad. La influencia de esta tendencia también ha alcanzado a estaciones de servicio y peluquerías, donde se sugiere dejar una generosa propina tras recibir un corte de cabello o un tratamiento.

Ahora, un grupo de diputados ha decidido intervenir en esta cuestión con un nuevo proyecto de ley que busca restringir la práctica de solicitar propinas solo a aquellos lugares que cuentan con atención de garzones. Los protagonistas de esta iniciativa —Víctor Pino, Roberto Arroyo, Joanna Pérez y Yovana Ahumada— respaldan su propuesta alegando que hay numerosas situaciones en que los consumidores se sienten presionados a dejar propinas improcedentes, incluso después de haber pagado de forma completa por el servicio recibido.

La propuesta legislativa estipula que en los establecimientos en los que no se ofrezca atención a través de garzones, los empleadores deberán adoptar medidas para garantizar que sus empleados no inquieten a los clientes solicitando o sugiriendo propinas. Esta reforma busca proteger a los consumidores de la presión indebida y a su vez proporcionar claridad a los trabajadores sobre sus derechos y responsabilidades.

En un contexto donde el consumo responsable y ético gana terreno, la discusión sobre las propinas no solo es relevante sino necesaria. ¿Estamos realmente obligados a dejar propinas en cada rincón del comercio? Este proyecto podría ser el inicio de una nueva era en las relaciones comerciales en Chile, donde el respeto por el consumidor y las prácticas laborales justas se convierten en prioridad.