¡Revelan el misterio de la extinción de los neandertales! ¿Puede esto salvar a la humanidad?
2025-01-01
Autor: Isidora
En un sorprendente laboratorio en Alemania, investigadores han realizado un avance que parece salido de una novela de ciencia ficción: están cultivando células cerebrales humanas que tienen características de los neandertales. Estas células, que se comunican mediante conexiones sinápticas y envían señales eléctricas, están destinadas a replicar el funcionamiento del cerebro de un neandertal vivo. Este innovador experimento está bajo la dirección del genetista Johannes Krause, quien ha coescrito el libro 'Hybris' junto al periodista Thomas Trappe.
El principal objetivo de esta investigación es desenmarañar las diferencias genéticas que separan a los Homo sapiens de los Homo neanderthalensis, y cómo estas variaciones pudieron haber influido en el destino de ambas especies. Curiosamente, solo existen alrededor de 90 variaciones genéticas que diferencian a los humanos modernos de los neandertales, un número bastante bajo considerando que el genoma humano contiene cerca de 20,000 genes.
Estas pequeñas diferencias podrían ser claves para entender por qué los neandertales desaparecieron hace unos 40,000 años, mientras que los sapiens no solo sobrevivieron, sino que llegaron a dominar el planeta. Los autores de 'Hybris' sugieren que estas diferencias genéticas pueden contener pistas cruciales para afrontar los retos actuales de la humanidad, tales como la crisis climática y la pérdida de biodiversidad.
El experimento se centra en la generación de organoides cerebrales, que son estructuras rudimentarias que imitan el desarrollo cerebral humano. Aunque del tamaño de una lenteja y sin capacidad de pensamiento o sentimiento, estos organoides representan un avance técnico notable. Sin embargo, los investigadores admiten que para entender realmente las implicaciones de estas diferencias genéticas, sería necesario crear órganos completos o incluso individuos neandertales, algo que consideran éticamente inaceptable.
Laura Spinney, en una reseña para The Guardian, destaca la afirmación de que no existen pruebas de que los neandertales crearan arte, lo que podría insinuar que tenían menor capacidad de pensamiento abstracto que nosotros. No todos coinciden con esta idea, pero muchos acuerdan que hay diferencias lingüísticas y cognitivas entre ambas especies. La pregunta que surge es: ¿podemos utilizar estas diferencias a nuestro favor para controlar nuestros impulsos destructivos antes de que sea demasiado tarde? ¿Podemos movilizar la cultura para superar nuestras limitaciones biológicas?
El libro también ofrece una descripción exhaustiva de la evolución humana, un campo que ha avanzado notablemente en las últimas dos décadas gracias a la tecnología de análisis de ADN de fósiles antiguos. Esta tecnología ha revelado que la mayoría de las ramas de la familia humana fueron callejones evolutivos sin salida, y solo los sapiens sobrevivieron. Pero, ¿qué les otorgó esta ventaja sobre los neandertales? Krause y Trappe presentan varias hipótesis: desde la capacidad de formar redes sociales complejas hasta un enfoque arriesgado en la exploración de nuevos territorios.
Un caso emblemático de esta expansión humana es la colonización de Austronesia, donde los antepasados de los sapiens partieron de Taiwán hace unos 5,000 años, llevándose consigo animales, semillas y sus hijos, pero sin garantía de encontrar nuevas tierras habitables. Este impulso exploratorio llevó a los humanos modernos a ocupar todos los rincones del planeta y ahora a mirar hacia la Luna y Marte como próximos objetivos.
No obstante, los autores advierten que este impulso expansivo no siempre ha sido sostenible. Por ejemplo, la narrativa tradicional sobre Rapa Nui (Isla de Pascua) sostiene que sus habitantes originales agotaron los recursos naturales, resultando en su colapso. Sin embargo, investigaciones recientes ponen en duda esta historia, sugiriendo que los isleños vivieron de manera sostenible hasta que llegaron los europeos en el siglo XIX.
Este ejemplo resalta la capacidad de los sapiens para adaptarse culturalmente, habilidad que reside, en última instancia, en nuestros genes. Además, el libro argumenta que la transformación de los sapiens en una amenaza para sí mismos comenzó en el siglo XX, con el crecimiento exponencial de la población, el avance tecnológico y el cambio climático acelerando la pérdida de biodiversidad. ¿Podría este nuevo conocimiento sobre los neandertales darnos una oportunidad de redimirnos y evitar que la historia se repita? ¡El futuro de la humanidad podría depender de ello!