Uno de los debates más candentes en las familias modernas gira en torno a la pregunta: ¿existen realmente hijos preferidos? Aunque un sorprendente 99% de los padres lo niega, un nuevo estudio ha arrojado luz sobre esta incómoda realidad.

Esta investigación, publicada en Psychological Bulletin, identifica tres factores clave a la hora de determinar si un hijo es preferido. Estos son la responsabilidad asumida por los hijos, su sociabilidad, y, curiosamente, el sexo; se ha observado que las niñas, en muchas ocasiones, parecen tener una ventaja en el corazón de sus padres.

Según información de DW, el estudio revisó 30 investigaciones anteriores y amplias bases de datos sobre el tema. Martin Diewald, un experto alemán de la Universidad de Bielefeld, aplaudió los hallazgos pero advirtió sobre la complejidad de las dinámicas familiares que podrían influir en los resultados.

Alexander Jensen, principal autor del estudio de la Universidad Brigham Young en Estados Unidos, sostiene que “durante décadas, los investigadores han sabido que el trato desigual por parte de los padres puede dejar efectos duraderos en la vida de los niños.”

Más fascinante aún, este estudio ayuda a desentrañar qué tipo de niños tienden a ser favorecidos, un hecho que puede revestir tanto consecuencias positivas como negativas en su desarrollo emocional y social, según un comunicado de la Asociación Americana de Psicología.

No obstante, tanto Diewald como Jensen enfatizan que tener un hijo favorito no implica que este reciba más amor que sus hermanos. “Los padres a menudo realizan diferencias de manera inconsciente”, explica Diewald. “Desarrollan vínculos más cercanos con los niños que son sociables, ya que esto hace que la crianza sea más sencilla.”

Interesantemente, Jensen señala que los padres pueden, de hecho, querer equilibrar la situación apoyando especialmente a un hijo que podría ser considerado menos afortunado, ya sea por ser más sensible o menos talentoso, brindándoles las mismas oportunidades.

Sin embargo, es crucial que los hermanos no perciban esto como una desventaja. La sensación de favoritismo puede tener repercusiones a largo plazo en la autoestima y en las relaciones futuras, revela Diewald. En este sentido, un niño que siente que ha sido ignorado puede experimentar efectos adversos en su vida adulta, incluyendo sus relaciones de pareja.

Es fundamental que los niños comprendan que el trato desigual puede ocurrir sin que sus padres sean conscientes de ello. “Los sentimientos de injusticia generalmente no son intencionados”, recalca Diewald. “La mayoría de las veces, los padres intentan tratar a sus hijos con equidad.”

Para prevenir cualquier malentendido, los padres deberían esforzarse por ser transparentes en su comportamiento. El autor principal Jensen refuerza esta idea: “Lo más importante es asegurarse de que todos los hijos sientan el amor y el apoyo de sus padres.” Así que, si alguna vez has sentido que no estás en el corazón de tus padres, no estás solo. ¡Descubre cómo abordar y entender este fenómeno en tu propia familia!