En un giro sorprendente en la investigación que involucra a figuras clave de la política chilena, el exministro Andrés Chadwick y el exfiscal Manuel Guerra han proporcionado versiones contradictorias sobre su supuesta relación y encuentros durante y después de su tiempo en el servicio público.

Chadwick, en su declaración ante el Ministerio Público, negó haber tenido más interacciones con Guerra que un único encuentro oficial en 2018, afirmando: "Categóricamente le puedo señalar que no tuve otras interacciones con él".

Sin embargo, Guerra, en su testimonio como imputado, aseguró haber tenido entre cinco y seis encuentros con Chadwick, todos relacionados con almuerzos organizados por el abogado Luis Hermosilla, quien también ha sido mencionado en este caso.

La tensión entre versiones se intensifica, ya que Guerra confirmó en una entrevista reciente que uno de esos encuentros tuvo lugar en la casa de Chadwick y que asistió el entonces presidente Sebastián Piñera.

La Fiscalía está llevando a cabo investigaciones para verificar estos encuentros mediante la georreferenciación de los teléfonos de ambos, una diligencia crítica que pretende esclarecer la relación entre el exfiscal y el exministro, especialmente en el contexto de la llegada de Guerra a la Universidad San Sebastián, donde Chadwick era académico, solo un mes después de su renuncia al Ministerio Público.

El caso ha tomado un giro dramático, ya que la Fiscalía está investigando un posible delito de cohecho relacionado con la manera en que Guerra cerró causas significativas para la UDI y la familia Piñera.

Además, un informe patrimonial indica que Guerra obtuvo una remuneración similar a la de su cargo en el Ministerio Público poco después de su salida, lo cual ha levantado nuevas alarmas sobre la naturaleza de su empleo con Chadwick.

Para añadir otra capa de complejidad, el abogado Hermosilla contradijo a ambos, afirmando que se reunió con ambos en varias ocasiones, aunque no recuerda haber sido parte de reuniones planificadas.

Chirriantes detalles como estos han dejado a los observadores preguntándose sobre las verdaderas dinámicas de poder y posibles influencias detrás de las puertas cerradas del poder político chileno.

Como si esto no fuera suficiente, el exfiscal Guerra se encuentra bajo la lupa por sus mensajes de WhatsApp con Hermosilla en los que hablan sobre contactar a Chadwick para recibir orientación sobre el Caso Penta, lo que obliga a la Fiscalía a intensificar su pesquisa en un conjunto de casos de alta relevancia pública, abarcando desde denuncias de abuso hasta tráfico de influencias.

La falta de acuerdo en los testimonios entre estos dos pesos pesados de la política chilena no solo destaca la frivolidad de las relaciones en el poder, sino que también revela un sistema que podría estar en riesgo de corrupción.

La expectativa aumenta sobre qué revelaciones pueden surgir de esta investigación y cómo esto podría impactar en el futuro político de las figuras involucradas. Las autoridades continúan examinando el papel de ambos en estos eventos, y la audiencia pública espera ansiosamente los próximos capítulos de esta intriga legal.