Ciencia

Rebecca Sharrock y Emily Nash: Las Mujeres que Nunca Olvidan y Los Secretos de su Memoria Extraordinaria

2025-01-04

Autor: Isidora

Rebecca Sharrock y Emily Nash poseen una habilidad que desafía lo que entendemos sobre la memoria humana. Son capaces de recordar cada día de sus vidas con una precisión que muchos solo podrían soñar. Desde momentos fugaces de emoción hasta los detalles aparentemente triviales, sus recuerdos permanecen intactos, como grabaciones en un archivo infinito.

Esta capacidad, conocida como Memoria Autobiográfica Altamente Superior (HSAM), las coloca en un grupo extremadamente reducido de personas: menos de 100 en todo el mundo.

Rebecca, originaria de Brisbane, Australia, afirma que recuerda el día de su nacimiento con claridad. Según reportes, rememora sentirse envuelta en una manta, observando curiosamente el asiento del coche donde la habían colocado. Ese instante, que para la mayoría es un vago recuerdo, se encuentra grabado en su mente con la nitidez de una fotografía.

Su habilidad la distingue de la mayoría, que experimenta recuerdos fragmentarios donde las emociones y narrativas se mezclan y el tiempo actúa como un borrador. Para ella, nada se pierde.

Por su parte, en Ottawa, Canadá, Emily Nash, la persona más joven diagnosticada con HSAM, vive con esta increíble capacidad. A sus 18 años, puede revivir con detalles vívidos cómo aprendió a caminar y cómo rápidamente eso se transformó en una carrera por la casa, mientras sus padres la perseguían con risas.

Cada día de su vida es como una película que puede reproducir, pausar, adelantar y analizar. En una conmovedora entrevista, mencionó: “Mi cerebro está organizado como un calendario. Cada fecha tiene su propia película, y cuanto más me sumerjo en ese día, más detalles emergen.”

Los primeros signos de esta condición excepcional se hicieron evidentes en la infancia de Emily. A la edad de cinco años, sorprendía a todos repitiendo diálogos completos de dibujos animados tras solo una visualización.

Su familia, asombrada por su talento, le dio el apodo cariñoso de “Wikipedia”. Sin embargo, fue solo después de ver un documental sobre HSAM que comenzó a entender la magnitud de su habilidad. Tras someterse a pruebas con investigadores sobre la memoria, confirmaron que realmente tenía HSAM.

Rebecca, por su parte, no supo de su condición hasta la adultez. En 2011, cuando sus padres vieron un programa sobre el HSAM, comenzó a atar cabos sobre su excepcional habilidad. Hasta entonces, su capacidad de recordar parecía un fenómeno inexplicable.

A diferencia de Emily, Rebecca también padece autismo y trastorno obsesivo-compulsivo, condiciones que intensifican cómo experimenta su memoria. En su caso, los recuerdos a menudo aparecen de forma espontánea y no deseada, dificultando su concentración y capacidad para desconectar.

A pesar de los avances científicos, el mecanismo detrás de la HSAM sigue siendo un misterio. Investigaciones de la doctora Carmen Westerberg, de la Universidad Estatal de Texas, sugieren que aquellos afectados tienen patrones de sueño únicos, con una mayor cantidad de espigas de sueño, lo que está asociado a la consolidación de recuerdos. Esto implica que los cerebros de Rebecca y Emily parecen haber desactivado el mecanismo natural de olvido que ayuda a la mayoría de las personas a filtrar lo irrelevante.

La incapacidad para olvidar puede ser tanto una bendición como una carga. Emily puede revivir momentos felices con la misma intensidad que momentos de dolor, pérdidas y argumentos. Su madre ha intentado enseñarle a manejar estas emociones: “Le explico que todos experimentamos el dolor. Es parte de la vida, y aunque ella lo recuerde con más claridad, necesita aprender a seguir adelante.”

Rebecca enfrenta desafíos similares. Las memorias negativas pueden consumirla, regresando no solo imágenes, sino también el dolor emocional que las acompaña. En su blog, ha compartido las dificultades de vivir con una memoria que nunca se detiene. Abiertamente, ha mencionado su necesidad de distracciones constantes, como luz y ruido, para poder dormir. El silencio, dice, permite que los recuerdos invadan su mente, manteniéndola despierta por horas.

La historia de Rebecca y Emily no solo plantea preguntas sobre la naturaleza de la memoria, sino que también revela las luchas cotidianas de vivir con un don extraordinario. El viaje de estas mujeres es un recordatorio de las complejidades de la memoria humana y el impacto que puede tener en la vida diaria.