La historia de Elvis Michel León Silva, más conocido como "el perro Elvis", es un relato escalofriante que refleja la cruenta realidad del crimen organizado en Chile. En agosto de 2024, la comuna de La Pintana se convirtió en el escenario de una serie de homicidios inexplicables, con un total de 12 asesinatos a tiros. Los Carabineros intensificaron la búsqueda de este peligroso reporte, que parecía actuar sin motivos claros, ya que las víctimas no compartían vínculos entre sí.

Sorprendentemente, las autoridades descubrieron que todos los fallecidos eran compradores de drogas, lo que descarta una guerra territorial entre bandas. El famoso 'perro Elvis', quien fue reclutado por el infame clan Los Cachorros, se convirtió rápidamente en el principal sospechoso. Después de un intenso operativo, la policía logró arrestarlo, pero su tiempo en prisión fue trágico, ya que fue apuñalado por otro recluso en un ataque inesperado.

El 'perro Elvis' no solo era un criminal, sino también un consumidor de drogas. Originalmente de Maipú, su actividad delictiva se desarrolló en La Pintana, un lugar donde el microtráfico de drogas aflora. Según informes, llegó a la orgánica delictiva como un simple consumidor y rápidamente se vio involucrado en la protección de puntos de venta de drogas. El fiscal Alex Cortez reveló que durante agosto de 2024, el equipo de Crimen Organizado y Homicidios tuvo que intervenir en 20 casos, marcando una alarmante tendencia en un área donde el promedio habitual no superaba los cinco incidentes.

Para hacer más grave la situación, se postuló que el 'perro Elvis' fue pagado por Los Cachorros para proteger sus zonas de venta. Con un historial delictivo que incluía delitos menores y consumo de drogas, su ingreso al crimen organizado fue producto de la presión del grupo delictivo al cual pertenecía.

El 1 de septiembre, su captura fue efectiva con un despliegue significativo de Carabineros. Al momento de ser arrestado, se le encontraron diversas drogas y armas, llevando a la fiscalía a procesarlo por homicidio consumado y varios intentos de homicidio. Las investigaciones revelaron que, en un giro escalofriante, las víctimas eran personas comunes, y se destacó la falta de control de Elvis sobre quién se convirtía en blanco de su violencia, disparando a aquellos que se atrevían a comprar a la competencia.

Este modus operandi, inusual en Chile, ha despertado comparaciones con tácticas de narcotraficantes en otros países. Una retórica que dictaba que el cliente debía elegirlo a él o no debía comprar a nadie.

Sin embargo, la historia no culminó con su arresto. Poco después de ser encarcelado, fue herido de gravedad y, lamentablemente, su vida se apagó tras complicaciones relacionadas con el apuñalamiento. Su fallecimiento no solo marcó el fin de una vida llena de crímenes, sino que también dejó un rastro de temor en un vecindario ya agobiado por la violencia.

El funeral, que se llevó a cabo el 14 de diciembre, estuvo lleno de la atmósfera tensa que rodea a los criminales en Chile, marcado por balaceras y fuegos artificiales. No obstante, la tragedia se intensificó cuando un desconocido ingresó al velorio y disparó, hiriendo a una mujer en el pecho. La historia del perro Elvis es un recordatorio de que el crimen y la violencia no solo afectan a los delincuentes, sino que ocasionan un daño profundo a toda la comunidad.