Salud

¿Qué es el hambre emocional? El hábito oculto que podría estar afectando tu vida silenciosamente

2024-09-15

El hambre emocional es un fenómeno que puede afectar a muchas personas sin que ellas se den cuenta. Se trata de una respuesta a emociones como la ansiedad, tristeza o aburrimiento que nos lleva a comer, incluso cuando no tenemos hambre física. En lugar de buscar energía, la comida se convierte en un refugio para manejar nuestras emociones negativas.

A menudo, las personas terminan consumiendo alimentos poco saludables y altamente procesados, como pizzas, chocolates y helados, como una manera de encontrar consuelo. Estos alimentos pueden activar la liberación de dopamina, el neurotransmisor asociado con el placer, creando un ciclo de bienestar pasajero que a largo plazo puede perjudicar la salud.

La nutricionista Romina Bonomini explica que reconocer el hambre emocional es el primer paso para superarla. "En lugar de dejar que la comida llene un vacío emocional, es crucial identificar cuáles son esos sentimientos subyacentes", aconseja. Este proceso puede llevar a un entendimiento más profundo de uno mismo y a mejores elecciones alimenticias.

Un estudio reciente dirigido por el psiquiatra Lukas Van Oudenhove confirmó que la ingesta de grasas puede aliviar momentáneamente sentimientos de tristeza, pero advierte que estos efectos son breves y pueden contribuir a problemas de salud mental, como la depresión. Al buscar alivio en la comida reconfortante, las personas pueden caer en la trampa de querer repetir este comportamiento sin abordar la raíz de su malestar emocional.

En situaciones de estrés, muchas personas optan por alimentos reconfortantes, que brindan placer pero a menudo carecen de nutrientes esenciales. Expertos como el nutricionista Cristian Núñez alertan sobre la naturaleza adictiva de estos alimentos, que son altos en azúcares y grasas y bajos en vitaminas y fibra. Esto puede generar un alivio momentáneo, pero con el tiempo lleva a sentimientos de culpa y ansiedad.

Para controlar el hambre emocional, se recomienda implementar cambios en los hábitos. Practicar ejercicio regularmente, meditar o realizar yoga puede ser muy efectivo. Además, aprender a escuchar las señales del cuerpo y establecer horarios de comida puede ayudar a evitar episodios de hambre emocional. La nutriologa María Isabel Flores sugiere evitar dietas muy restrictivas, ya que pueden incrementar la ansiedad.

También es fundamental ser consciente de los detonadores emocionales que nos llevan a comer de manera impulsiva. Practicar la atención plena al comer puede ayudar a disfrutar más de los alimentos y a reconocer cuándo realmente tenemos hambre.

En resumen, el hambre emocional es un problema que afecta a muchas personas en silencio. Reconocerlo y buscar alternativas saludables puede no solo mejorar la relación con la comida, sino también contribuir al bienestar emocional a largo plazo.