En un giro sorprendente en la Fuerza Aérea de Chile (FACH), veinte de sus miembros han sido sancionados con tres días de arresto militar tras negarse a abordar un avión que, según ellos, no estaba en condiciones seguras para volar.

La vocera de Gobierno, Camila Vallejo, abordó el tema caliente durante un evento relacionado con el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU). Vallejo aseguró que la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, está profundamente involucrada en este controvertido asunto.

A pesar de las preocupaciones manifestadas por los soldados, Vallejo declaró que "las operaciones de la FACH se realizan con los máximos estándares de seguridad". Sin embargo, fue clara al señalar que la negativa a volar en un avión que podría estar en mal estado es considerada un acto de indisciplina.

"Quiero subrayar que estos incidentes son circunstancias que están definidas como indisciplina dentro de la institución", afirmó Vallejo, haciendo alusión a las sanciones impuestas. Las autoridades están firmes en que las normas y protocolos deben ser respetados.

La controversia suscitada plantea importantes preguntas sobre la seguridad en las operaciones aéreas y el derecho de los miembros de la FACH a cuestionar situaciones potencialmente peligrosas. Este incidente pone de relieve la tensión entre la adherencia a los reglamentos militares y la seguridad de los propios uniformados. ¿Es un acto de desobediencia o una muestra de responsabilidad en pro de la seguridad aérea?

La respuesta de Vallejo deja claro que, aunque se priorice la seguridad, los estándares de conducta en la FACH son inamovibles. Esta situación no solo genera debate, sino que también plantea un llamado a la reflexión sobre cómo se manejan tales decisiones en fuerzas armadas.