El camarín de la Universidad de Chile estaba de luto tras la ajustada derrota 1-0 ante Colo Colo en el Estadio Monumental. Los azules se sintieron perjudicados por el árbitro Cristian Garay, y su figura emblemática, Charles Aránguiz, no dudó en expresar su frustración tras el partido: “Cada vez que vengo aquí, pasa algo. Estoy muy salado, un compañero siempre termina expulsado.” ¿Pero es realmente cierto que cada vez que Aránguiz pisa Pedreros su equipo se queda con uno menos?

Desmitificando la mala racha

Analicemos las estadísticas para ver si esta afirmación de Aránguiz tiene fundamento. Su primera visita al hogar del Cacique fue nada menos que el 7 de mayo de 2006, cuando aún defendía los colores de Cobreloa. En ese partido, aunque se mostraron cuatro tarjetas amarillas para los naranjas y dos para los albos, ¡los 22 jugadores terminaron el partido en el campo!

En la semifinal del Clausura 2006, Aránguiz no fue convocado, pero sus compañeros sufrieron una derrota monumental 3-0, sin expulsiones. Sin embargo, la historia cambiaría en el Apertura 2008, donde fue sancionado con tarjeta roja en el minuto 69 durante un partido que terminó 0-0.

Sus tristes visitas al Monumental

Aránguiz nunca ha saboreado la victoria en un Superclásico en el Monumental. Su regreso entre 2009 y 2010 fue trágico, con una expulsión en un empate 2-2 durante el Clausura 2011. En aquella ocasión, marcó un penal, pero también vio el rojo en el minuto 31.

En las siguientes visitas, la historia no mejoró. En dos ocasiones durante las semifinales del Apertura y el Clausura, los azules fueron superados, y aunque hubo expulsiones, no siempre fue Aránguiz el protagonista. Durante el Clausura 2011, Eugenio Mena también fue expulsado y las tensiones en el campo resultaron en una celebración célebre del director técnico Omar Labruna.

Un legado de desilusiones

En 2013, Aránguiz volvió a anotar un penal, pero Colo Colo triunfó 3-2. Curiosamente, esa vez solo se sacaron tarjetas amarillas. La derrota reciente de la U, marcada por la expulsión de Calderón, avivó la creencia de que Aránguiz tiene una especie de maldición personal en el Monumental. Sin embargo, al analizar los datos, se hace evidente que la historia de Aránguiz en el Cacique es más compleja de lo que parece.

Así que, ¿acaso el Príncipe está realmente salado o simplemente es un capricho del destino en uno de los partidos más intensos del fútbol chileno? Lo que sí es cierto es que cada Superclásico trae consigo su propia dosis de drama y ansiedad.