Esta noche se producirá un fenómeno astronómico inolvidable que promete dejar a todos los amantes de la astronomía boquiabiertos. En el escenario celestial, dos planetas y una majestuosa constelación se alinearán para ofrecer un espectáculo digno de admirar: Mercurio y Venus serán los protagonistas, acompañados por la imponente constelación de Escorpio, que brillará con toda su fuerza.

A las 19:26, el sol se ocultará en el horizonte, dando inicio a este increíble evento. La luna, que apenas será un delgado arco iluminado en un 8%, aparecerá primero, brillando tenazmente en el centro del firmamento. A su derecha, comenzará a surgir Venus, el planeta más brillante del cielo, conocido como la diosa romana del amor y la belleza. La luminosidad de Venus es tan intensa que ni un solo planeta o estrella puede compararse a él, salvo la misma luna.

Un poco más tarde, Mercurio, el mensajero de los dioses, hará su entrada. Este planeta escurridizo, reconocido por su velocidad y brillo sutil, se encontrará más cerca del horizonte oeste, al lado de la figura impactante de Escorpio. Esta constelación, que de alguna manera ha fascinado a civilizaciones antiguas como los mayas y griegos, tomará forma en la oscuridad con su estrella más brillante, Antares, que simboliza el corazón del escorpión.

Para disfrutar de este espectáculo astronómico, solo necesitas un lugar con un horizonte despejado. Un parque, un mirador o incluso una terraza podrán ser el escenario perfecto para esta experiencia. Y no olvides llevar algo rico para compartir, como una copa de vino o chocolate, que algunos creen que ayuda a agudizar la vista.

A medida que avanza la noche, primeramente Mercurio se ocultará a las 21:00, seguido por Venus después de las 22:30. La luna se despedirá poco después, y si tienes la suerte de quedarte hasta la medianoche, podrás observar a Sargas, la estrella más brillante de Escorpio, siendo la última en despedirse del firmamento.

Este evento cósmico es un recordatorio maravilloso de lo que el universo tiene para ofrecer y de cómo la belleza de las estrellas puede ser mejor apreciada en compañía. Mirar hacia el cielo no solo es un deleite visual, sino una oportunidad de contemplar lo vasto y misterioso de la existencia en nuestra pequeña esfera azul.