Mónica Aguirre ha decidido sincerarse sobre la impactante evolución en la investigación de la muerte de Gervasio, quien a 35 años de su fallecimiento, ahora es considerado como una posible víctima de homicidio en lugar de suicidio. Durante una emotiva entrevista con Julio César Rodríguez en Primer Plano (CHV), Aguirre compartió sus reflexiones y emociones al respecto.

"Durante mucho tiempo, creí que había muchas razones por las que Gervasio pudo haber decidido acabar con su vida", confesó Aguirre. Sin embargo, a medida que pasaron los años, su percepción empezó a cambiar. "Las cosas que se conocen públicamente no reflejan el sufrimiento que él y nuestra familia atravesamos. No fue una vida fácil", lamentó la madre de sus cuatro hijos.

Recordó que entre 1984 y 1990, Gervasio enfrentó intensas controversias debido a acusaciones de abuso, algo que marcó profundamente su vida y la de su familia. "A pesar de lo que se diga, estoy orgullosa de haberlo apoyado siempre. La vergüenza y el estigma que enfrentamos fueron enormes", expresó Aguirre, quien compartió que esos años estaban marcados por la tristeza y la incertidumbre.

Aguirre también reveló que observó señales que podrían indicar que Gervasio estaba en una profunda depresión. "He tenido personas cercanas que han lidiado con la depresión, así que sé que a veces no hay señales evidentes", comentó.

Respecto a su ausencia en la querella presentada por su hermana Blanca Viera tras el fallecimiento de Gervasio, Mónica explicó que en ese momento era una madre joven con cuatro hijos y no sabía cómo proceder. "Era abrumador y no contaba con las herramientas para actuar. Mi prioridad era cuidar de mis hijos", añadió.

La investigación en torno a Gervasio fue reabierta en 2013, y en 2015, un informe reveló que su cuerpo había sido manipulado durante la autopsia en el Servicio Médico Legal. Se encontró que uno de los huesos de su cuerpo había sido roto durante esa fase de la investigación. Aguirre aseguró que siempre ha tenido la sensación de que Gervasio fue asesinado, aunque se mantiene escéptica ante algunas versiones que ha escuchado.

"¿35 años es mucho tiempo?", cuestionó Aguirre sobre la demora en la investigación. "Gervasio ha estado en el SML durante diez años, lo cual no es normal. Muy poca gente sabe que su cuerpo sigue allí", subrayó.

La exmodelo, que se describe a sí misma como creyente, enfatizó que la resolución de este caso significaría no solo un alivio para la familia, sino también para el alma de Gervasio. "Es antinatural que un cuerpo permanezca diez años en un lugar así", agregó Aguirre.

Finalmente, recordó a Gervasio como un compañero excepcional y reflexionó sobre su relación. A pesar de sus desacuerdos, subrayó que en el momento de su muerte, estaban en un buen lugar como pareja. Aguirre sigue esperando que la justicia se haga sentir, confiando en que sus ángeles y una fe renovada le ayuden a encontrar closure en esta dolorosa etapa de su vida.