Las mioquinas, también conocidas como las 'moléculas de la esperanza', son sustancias bioactivas que nuestro cuerpo produce en respuesta a la actividad física. Estas moléculas, liberadas por los músculos, juegan un papel crucial en la comunicación entre los tejidos de nuestro organismo, ayudando a reducir la inflamación, reforzar nuestro sistema inmunológico y promover la felicidad.

Helios Pareja Galeano, profesor de la Universidad Autónoma de Madrid y experto en ejercicio, nutrición y metabolismo, explica que las mioquinas derivan de las citoquinas, que son, en gran medida, proteínas liberadas por nuestras células, especialmente las inmunológicas. Estas moléculas son esenciales para completar diversas funciones biológicas, como la regulación de la inflamación. En situaciones de estrés o lesión, las citoquinas se activan y envían mensajes al torrente sanguíneo para coordinar respuestas en todo el cuerpo.

Hasta la década de 1980, el músculo se consideraba principalmente como un órgano mecánico encargado de facilitar el movimiento y proteger a los órganos vitales. Sin embargo, investigaciones pioneras de la doctora Bente Klarlund Pedersen, de la Universidad de Copenhague, revelaron que los músculos tienen un papel endocrino, liberando mioquinas que envían señales a otros órganos. Esto cambió la visión que teníamos sobre el músculo, dejándolo de ser visto como un órgano simple.

El descubrimiento de que los músculos son capaces de regular funciones metabólicas y hormonales ha abierto un nuevo campo de estudio. Las mioquinas, por ejemplo, pueden estimular el hígado a liberar glucosa y promover la creación de BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro), que es fundamental para la plasticidad neuronal y la salud cerebral.

Entonces, ¿qué nos impulsa a producir estas poderosas 'moléculas de la esperanza'? Principalmente, el ejercicio físico. Las mioquinas se generan en su mayoría durante sesiones de cardio de alta intensidad y de larga duración. A diferencia de la miostina, que se produce en estado de reposo y promueve la hipertrofia, otras mioquinas son estimuladas durante el movimiento.

Pareja Galeano utiliza la metáfora de la 'farmacia muscular' para ayudarnos a entender cómo nuestras reservas musculares pueden actuar como un remedio natural contra diversas enfermedades crónicas. El ejercicio físico, por lo tanto, no solo es esencial para mantener un cuerpo fuerte y esbelto, sino que actúa como un estimulante para la liberación de estas moléculas que fortalecen nuestra salud física y mental.

Los beneficios de las mioquinas van más allá de lo que podemos imaginar. Se ha demostrado que estimulan la neurogénesis, promueven la neuroplasticidad y ayudan con la reparación de neuronas, contribuyendo a un metabolismo cerebral más saludable. Diferentes estudios sugieren que el ejercicio puede tener efectos neuroprotectores similares a ciertos antidepresivos, pero sin los efectos secundarios negativos que estos medicamentos pueden traer.

En resumen, activar nuestras mioquinas mediante el ejercicio es clave no solo para nuestra salud física, sino también para nuestra felicidad y bienestar general. Así que, ¡no hay un mejor momento que ahora para moverte y potenciar tu salud gracias a estas maravillosas 'moléculas de la esperanza'!