Un asombroso total de 2,302 estudiantes se inscribieron para ingresar a la carrera de Medicina en la Universidad de Panamá (UP) para el año académico 2025; sin embargo, solo 200 afortunados lograron asegurar uno de los codiciados cupos disponibles. Esto deja a la gran mayoría, un total de 2,102 jóvenes, en la búsqueda de otras alternativas educativas.

Maricela Urroz, directora de Admisión de la Facultad de Medicina de la UP, destaca que su facultad es una de las primeras en dar a conocer los resultados (en la primera semana de enero), lo que permite a quienes no ingresaron poder explorar otras opciones académicas a tiempo. En este sentido, Urroz enfatiza que los estudiantes deben estar preparados para consultar sus puntajes en sus otras dos opciones seleccionadas, las cuales podrían incluir carreras como Enfermería, Nutrición o Psicología, y que son igualmente respetadas en el ámbito de la salud.

La directora también menciona un significativo desafío al que se enfrenta la facultad: la limitada capacidad de recursos físicos y humanos para atender a un número tan elevado de estudiantes. Además, subraya que el proceso de selección está condicionado por la capacidad docente y las rotaciones clínicas disponibles. Por ello, se implementa un modelo de “doble entrada” donde los primeros 100 seleccionados comienzan sus estudios en marzo y los siguientes 100 en agosto, buscando de este modo mantener un alto estándar educativo y evitar el desbordamiento de estudiantes.

“No se trata de que no queramos formar más médicos ni obstaculizar sueños, sino que debemos ser responsables con los recursos que poseemos”, comentó Urroz. A pesar del alto número de postulantes, la universidad no puede aceptar a todos, ya que debe ajustarse a la capacidad de atención de la facultad y la infraestructura de los hospitales donde se realizan las prácticas clínicas.

Urroz también hizo hincapié en que la selección no solo depende de la disponibilidad de espacios en la universidad, sino también de la cantidad de docentes capacitados y de los hospitales que son cruciales para la formación de los futuros médicos. Este aspecto es esencial para asegurar que cada estudiante reciba una educación de calidad.

Además, la Facultad de Medicina enfrenta una preocupación creciente sobre cómo garantizar una formación adecuada para todos sus estudiantes. Con más de 2,300 postulantes cada año, no es difícil imaginar la intensa competencia por un lugar. Los interrogantes son constantes: “¿Quién será capaz de atender a todos esos estudiantes? ¿Cómo los ubicaremos en los hospitales? ¿Dónde los colocaremos?” En resumen, la facultad se encuentra ante un dilema complejo que requiere de soluciones innovadoras y efectivas para el futuro del sistema de salud en Panamá.