Marco Evaristti (62), el controversial artista y arquitecto chileno, ha vuelto a ser el centro de atención mediática tras su provocativa exposición "And Now You Care" en Copenhague, Dinamarca. La instalación buscó abrir un debate sobre el estado crítico de la industria cárnica, y lo hizo de una manera altamente impactante: incluyendo a tres cerdos vivos, Lucía, Simón y Benjamín, en su performance.

La controversia se intensificó cuando el grupo defensor de los animales, De Glemte Danske, decidió robar a los cerdos para liberarlos, provocando un aluvión de reacciones en la prensa y el público. Evaristti desafió a la audiencia al no alimentar ni proporcionar agua a los animales, con el objetivo de generar un despertar sobre la realidad de la producción industrial de carne.

El artista declara que su obra ha sido incomprendida, tanto por los medios como por la opinión pública. "Mi interés radica en temas que afectan a nuestra sociedad, los derechos de los animales y el medio ambiente", explica, añadiendo que considera esencial provocar un "efecto choque" para que los espectadores abran los ojos.

A pesar de las críticas personales que recibe, asegura que el enfoque debe estar en el mensaje de su arte. Para Evaristti, lo crucial es poder comunicar su mensaje de respeto hacia la vida animal y fomentar un boicot a la carne de cerdo proveniente de Dinamarca, donde más de 5,000 granjas producen 28 millones de cerdos al año, la mayoría de los cuales son sacrificados.

Con antecedentes en exposiciones igualmente provocativas, como "Helena & El Pescador", donde colocó peces dentro de una licuadora, Evaristti reconoce que su meta es generar un cambio social: "Si puedo influenciar a unas pocas personas, mi obra habrá cumplido su objetivo".

El artista reconoce que su controversial estilo ha sido necesario para atraer la atención de los medios, afirmando: "Si no hubiera usado a estos lechones en mi exhibición, nadie habría hablado de mí. Mi objetivo es que se propague el mensaje".

Evaristti no titubea al considerar que está dispuesto a sacrificar a tres cerdos por la vida de miles, comparando su postura con la de Jesucristo. Asegura que decidió empezar esta obra tras leer un artículo en un diario danés sobre el transporte de cerdos hacia Alemania, lo que lo llevó a investigar las condiciones inhumanas en las que viven estos animales en Dinamarca.

El costo de la carne de cerdo en Dinamarca es de tan solo dos dólares por kilo, lo que implica una producción masiva y peligrosa. Evaristti explica que no consume carne, pero en ocasiones acepta comerla cuando es invitado, siempre preguntando por su origen.

Respecto al destino de los tres cerdos, actualmente en custodia, Evaristti está colaborando con la policía danesa para determinar su procedencia, y aspira a devolverlos a un ambiente seguro. La hija de uno de sus colaboradores fue la responsable de alertar sobre el estado de los animales, lo que desencadenó su rescate.

La controversia que ha rodeado a Evaristti ha tenido resonancia internacional, y aunque enfrenta críticas, se muestra optimista sobre la conciencia que su trabajo puede generar. "El arte es una mentira que nos acerca a la verdad", cita, reflejando su deseo de que la sociedad reflexione sobre el trato hacia los animales.